Analizadas en posts anteriores varias cuestiones que deben tener en cuenta los directivos de cualquier compañía, seguimos nuestro camino tratando un criterio fundamental para escoger nuestro lugar en el mundo empresarial, algo tan básico como el anteponer la sostenibilidad y viabilidad de un proyecto a el aquí y ahora.

No se trata de vender, se trata de que te vuelvan a comprar.

El aforismo, ya comentado en este blog y en boca de cualquier experto, no por mil veces tenido en cuenta, parece en muchos casos flor de un día. Como esos grupos que lanzan un hit, un éxito que pega tan fuerte que nos hacen olvidar quién es el intérprete o, lo que es peor y habitual, intérprete del que nunca volvemos a saber. Un one hit wonder, la maravilla de un éxito, que dicen los americanos.

Todos conocemos casos de empresas que han tenido un gran éxito en un caso puntual; es más, es absolutamente recomendable que todos tengamos éxito en alguna ocasión. Pero, son muchas menos las que han convertido el éxito particular en un camino de aprendizaje para construir un itinerario de éxito global, generalizado a todas o a la mayoría de sus propuestas.

Los consumidores buscamos empresas que nos ofrezcan ciertas garantías. Que, si algo sale mal, de hecho, cuando algo sale mal, encontremos un especialista para solucionar nuestro problema, o simplemente para ayudarnos a vivir más y mejor.

La enfermedad de una empresa es la queja. La enfermedad crónica de una marca es el descontento masivo y continuado. La sala de urgencias es el servicio posventa. Y el departamento que atiende devoluciones y demandas son el tanatorio, porque un cliente que llega allí, difícilmente será reanimable en el futuro. Lo más probable es que esté perdido para siempre.

Las compañías que apuestan por el éxito sostenible tendrán una sala de urgencias mucho más pequeña que aquellas que, amparadas en el eco de un éxito puntual, conviertan su trayectoria en un crecimiento sin control, sin visión estratégica y convertirán su día a día en un código negro de urgencias.

Porque estas empresas basarán su crecimiento en el cliente y la construcción de su lealtad.

No olvidarán nunca el triunvirato formado por estas tres palabras: gente, conducta y cultura.

Utilizarán la tecnología y la analítica, porque ya sabemos eso de que la información es poder.

Tendrán un enfoque claro que alinee las operaciones con la estrategia, lo que a aumentará su capacidad para lograr el éxito.

En cuanto a financiación, las empresas líderes determinan la mejor solución financiera para su negocio y obtienen beneficios máximos de su gestión de los fondos disponibles.

Las empresas líderes en el mercado, para llegar a la cima, buscan alianzas exitosas y adquisiciones estratégicas capaces de potenciar su crecimiento, la competitividad y la rentabilidad.

Y, para concluir este post, pero no por ello menos importante, las empresas que deseen convertirse en líderes continuados del mercado, que su éxito sea constante y no se marchite tras el primer día, no deben temer el riesgo, pero acercándose a él de forma inteligente para cosechar sus recompensas y acelerar su crecimiento.