Antonio Agustín

| El principal competidor impacta seis veces más | -

Sección de platos preparados y restauración en un supermercado Carrefour
Sección de platos preparados y restauración en un supermercado Carrefour

Cuando comprobamos que el peso de la alimentación en el presupuesto anda estancado desde hace años en el 15%, hay que poner la lupa en casa y analizar intramuros las causas de los cambios, evaluando los crecimientos o decrecimientos de la evolución de otro negocio hermano y directamente competidor: la restauración.

En nuestro país son más de 350.000 puntos de venta en los que se puede engullir y beber lo básico: esto es... ¡Uno por cada 135 ciudadanos! 350.000 frente a las 61.600 tiendas de comida que contabiliza Nielsen: esto es una cada 765 españolitos de a pie. Casi seis veces más.

A la necesidad obvia de hidratarse y nutrirse cerca, sin desplazamientos, se suman otros factores motivadores del gasto como el impulso, el placer de los sentidos, la socialización y pasar un buen rato. Por otra parte, si bien entre un súper y otro las diferencias son pocas, entre bar y bar hay mundos: en ambientación y en oferta. Menús rápidos, menús sanos, comida temática, asadores, licorerías, para veganos, viajeros, carnívoros, take away... Hay además "el proceso serio de digitalización" (gracias a Trip, el Tenedor y demás) y una brutal competencia en precios, consecuencia de una crisis que les ha enseñado a vivir a base de menús de 10-15 euros que incluyen primero, segundo, postre, bebidas y café en un local de moda que apetece y con un servicio 100 veces más intenso que el de cualquier súper o híper de barrio.

En mi opinión, la distribución comercial pocas veces ha interpretado que los baretos y restaurantes son competencia feroz y directa que, además, están cambiando las reglas de jugar.

Mi itinerante amigo Emilio, VP en Europa de las ventas de una afamada compañía de spirits, anda ya hace años diciendo a los amigos -aunque no le hagamos caso- que en el Reino Unido, por ejemplo, tiempo a que los restaurantes se parecen cada vez más a los súper y los súper a los restaurantes.

Hasta hace poco, el planeta Horeca estaba poblado de marcianos que consumían únicamente -creímos- bebidas y café. Ahora, además de representar la tercera parte del negocio total, quieren más, marcan tendencia en ingredientes y preparación y dejan a los supermercados con una lamentable intersección: la ruina del botellón.

El de los restaurantes es un sector en salvaje reconversión de conceptos, de procesos y de contenidos con crecimientos en volumen de más de dos cifras en 2016.

Dejó de ser el hermano pequeño y "tonto" y arrasa con el comercio del barrio (porque a los turistas ya se los lleva todos) mientras el mayor sigue subiendo y bajando las mismas persianas al mismo son.

Objetivo para el 2017: ¡que al menos un consumidor sienta resaca de comprar!

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