Tesco no ha sido el único retailer británico que ha anunciado despidos en este inicio de 2018. Otro miembro del conocido Big Four, Sainsbury's, también ha informado sobre un plan de restructuración que puede poner en riesgo miles de empleos. No pinta del todo bien el año para las cadenas clásicas del retail en Reino Unido... Aldi y Lidl siguen haciendo mucho daño.
Y todo pese a que Sainsbury's logró un récord de ventas durante el periodo navideño, teniendo un buen sabor de boca para cerrar el 2017. La segunda mayor cadena de supermercados de Reino Unido informó de un crecimiento en sus ventas comparables del 1,1% durante su tercer trimestre fiscal, que incluye el período de Navidad, más del 0,9% previsto.
Pero buscando mejorar la eficiencia y ahorrar los costes, Sainsbury's ve la necesidad de reducir el número de responsables en sus tiendas, siendo estos los puestos que más corren peligro. La idea es que los trabajadores afectados tengan tres opciones: asumir nuevos cargos, bajar de categoría ocupando puestos menores o pedir el despido incentivado.
El retailer ha señalado que los cambios en los últimos años en sus supermercados permiten tener una estructura laboral más eficiente, aunque apunta que las intenciones nunca han sido "buscar una reducción de personal".
Simon Roberts, director de operaciones de Sainsbury's, señala que la propuesta de la compañía es tener "una mejor gestión en las tiendas", lo cual permitirá unos ahorros que se invertirán "en mejorar la oferta a los clientes".
A mediados de octubre, FoodRetail ya informó que Sainsbury's, que cuenta con cerca de 120.000 trabajadores, calculaba en 2.000 el número de empleos que corrían peligro. Ahora parece que serán más. En su momento, se señaló que la idea era ahorrar en los próximos meses una cifra cercana a los 500 millones de libras (560 millones de euros).
Otro miembro del Big Four, Asda, también se encuentra inmersa en un proceso de negociación con sus empleados en materia de sueldos y horarios de trabajo, con el objetivo de reducir salarios.
