La OCU ha denunciado el uso de la fruta como reclamo publicitario en muchos alimentos. Y como ejemplo de ello señala “la utilización que chocolates, cereales de desayunos, yogures y hasta aperitivos hacen de la fruta para parecer más saludables y apetecibles”.

En concreto, la organización de consumidores ha analizado 40 de estos productos alimenticios en los que la fruta es el principal reclamo de su publicidad y presentación. “Los resultados muestran que la presencia de fruta es mera apariencia y en la mayoría de los casos tiende a confundir a los consumidores”, argumenta.

Por ello, ha puesto en marcha la campaña #etiquetastrampa con la que pretende denunciar los engaños en el etiquetado y la presentación de los alimentos. El objetivo es conseguir la modificación de la normativa de etiquetado y que se garantice el derecho de los consumidores a una “información veraz”, sobre las características y naturaleza de los productos de alimentación.

Asimismo, la OCU denuncia también el “abuso” que parte de la industria alimentaria hace de la presencia de la fruta en muchos productos, para dar una imagen de saludables, “cuando la realidad es totalmente distinta”, indica. “Se trata de productos que contienen aromas, colorantes, y escasas o casi inexistentes proporciones de fruta y que a menudo se mezclan con otros ingredientes no saludables (grasas, azúcares, etc.)”, apostilla.

La organización pone ejemplos concretos: “la leche fermentada Danonino solo contiene 3 gramos de fruta por cada 100 gramos de producto. Lo mismo ocurre con el alimento infantil con frutas variadas de Nestlé, que contiene solo 5 gramos por cada 100 gramos o Frutolo, también de Nestlé, donde solo hay 1,5 gramos de fruta a pesar de que en el envase del producto aparecen las frutas con profusión. En estos productos las cantidades de azúcar añadido triplican a las de fruta”, argumenta.

La OCU anima así a los consumidores para que se movilicen denunciando los productos engañosos a través del hastag #etiquetastrampa y pide su apoyo para que se tomen una serie de medidas que mejoren la información de las etiquetas. Entre ellas, que se definan los términos natural, casero y tradicional; que se establezca un porcentaje mínimo de fruta en los productos para que pueda ser destacada del resto de ingredientes; que se limite el uso de colorantes y potenciadores de sabor en productos con un contenido mínimo de un ingrediente; que se incluya de forma obligatoria la cantidad de azúcar añadido; o el fin de la letra pequeña.