Nadie lo pone en duda: España es uno de los países que más y mejor vino tienen. El nivel de exportación es muy alto, pero el consumo interno es muy bajo, demasiado bajo para ser un país con tanta tradición vinícola y que cuenta con más de 130 Denominaciones de Origen y más de 6.000 bodegas. Algo falla, está claro. "La cerveza nos ha comido la tostada", dicen los profesionales del vino. Es por ello por lo que el sector ha empezado a ponerse las pilas para dar la vuelta a su situación y poner al vino en el lugar que merece.
La Interprofesional del Vino de España ha nacido para recuperar el consumo de esta bebida en nuestro país y está elaborando un amplio informe para analizar los retos y oportunidades que tiene por delante. De momento, ha empezado por recapitular las causas que han hecho que el vino tenga ahora la batalla medio perdida con la cerveza, con la intención de recuperar terreno.
Dos son los factores por los que el vino ha perdido fuelle: necesita con urgencia "reclutar nuevos consumidores jóvenes" para asegurarse el relevo generacional y debe rejuvenecer su imagen para hacerlo más "accesible".
Nicolás Horovitz, de BMC Strategic Innovation y responsable del estudio, afirma que "es prioritario asegurarse nuevos consumidores y hacer una labor de educación para que los jóvenes sepan disfrutar del vino". Ha dado un dato que invita a la reflexión: el 53% de los consumidores de vino son adultos de más de 50 años. Por ello, Horovitz indica que el target estratégico para la recuperación del consumo vinícola en los hogares españoles son hombres y mujeres de 28 a 40 años, que cuentan con capacidad adquisitiva, además de ciertas inquietudes hacia una mayor cualificación de su ocio y que tienen la necesidad de distinguirse, pero también de innovar. Ha puesto como ejemplo a seguir a EE UU, donde el 33% de los consumidores de vino son millennials.
"La cultura del vino se ha desarrollado y está mejor que nunca, pero ahora se vende menos volumen. Esto ocurre porque esa cultura gira en torno a un producto percibido como de calidad, pero lejano, caro... se ve como algo snob", ha explicado Horovitz. El big bang de la cerveza en los últimos años no ha ayudado mucho al vino, que ha visto como el poder 'marketiniano' de los cerveceros se ha impuesto. La cerveza se ve como una rival, pero también como un ejemplo a seguir, pues ha hecho muchas cosas bien.
Horovitz ha desvelado las oportunidades que puede tener el sector del vino en los próximos años. Por un lado, ha indicado que es vital lograr que haya una mayor frecuencia en su consumo y, por otro, considera que al vino le interesa crear nuevos hábitos de consumo. "Existe la expresión 'vámonos de cañas', pero no de 'vámonos de vinos'; eso hay que cambiarlo", ha afirmado.
BARRERAS MENTALES
También ha apuntado la necesidad de eliminar barreras que ahora frenan el consumo del vino. El 54% de los consumidores apuntan que no les gusta su sabor, mientras que el 34% comenta que es un producto caro. Las barreras mentales son las más difíciles de borrar. Muchos dicen que el vino es para gente mayor, que es caro, complejo, que hace falta saber más para consumirlo, que solo es para ocasiones especiales... Los profesionales del sector ven prioritario educar a los consumidores para que ciertos conceptos 'clásicos' se tiren a la basura y nazca así una nueva percepción del vino.
Para que se venda más vino en España, es necesario, por último, saber robar mercado a rivales como la cerveza o los refrescos. La primera gana en el consumo fuera del hogar, los segundos vencen en los espacios domésticos.
El presidente de la Interprofesional del Vino, Ángel Villafranca, ha reclamado que el sector trabaje de forma conjunta. "Para que el vino recupere el lugar que le corresponde en nuestra mesa, todo el sector debe remar en la misma dirección, y una Interprofesional fuerte y unida es clave para lograrlo", ha señalado.
