Inmovilizadas más de 18 toneladas de alimentos en Melilla

La Guardia Civil realiza cinco inspecciones en comercios y naves donde hallaron productos caducados o sin etiquetar.

La Guardia Civil inmoviliza más de 18 toneladas de alimentos en Melilla

La Guardia Civil han llevado a cabo cinco inspecciones en comercios y naves industriales de Melilla y ha inmovilizado más de 18 toneladas de alimentos y más de 6.000 litros de bebidas.

Estas actuaciones, en las que han intervenido también los inspectores de la Dirección General de Sanidad y Consumo de esta Ciudad Autónoma, se han producido en el transcurso de la campaña que tiene como objetivos “proteger la salud pública y luchar contra los grupos organizados dedicados al comercio ilegal de productos alimenticios falsificados, caducados o que presenten irregularidades”, informa la Benemérita.

Las irregularidades más comunes detectadas han sido por infracciones y rotura de la cadena de frío, también de productos caducados, productos sin etiquetar o el hallazgo de alimentos y bebidas en idiomas no correspondientes a alguna lengua oficial en España. Los más usuales han sido quesos, ciruelas pasas, aceites y refrescos y han sido puestos a disposición de la Dirección General de Sanidad y Consumo de Melilla.

Asimismo, estos productos también se han intervenido en los controles fronterizos terrestres con Marruecos, en el marco de las inspecciones que a diario realiza la Guardia Civil, a las personas y vehículos que tratan de acceder o salir de la ciudad por estos puntos habilitados llevando alimentos o bebidas e infringiendo la normativa en materia de salud o seguridad alimentaria, además de infracciones tributarias o de contrabando.

Estas actuaciones en los puestos fronterizos terrestres dentro de esta campaña han supuesto la intervención de más de 10.000 kilos de alimentos y unos 700 litros de bebidas.

Entre otras recomendaciones a los consumidores, la Guardia Civil advierte que cuando se compre en establecimientos que habitualmente no se frecuentan, conviene comprobar la fecha de caducidad de los productos y que el etiquetado está en alguna lengua oficial de España. Además, señala que hay que desconfiar de los productos anormalmente reducidos y que se alejan del coste normal, especialmente si se trata de productos de marca o con denominación de origen.