El pleno del Parlamento Europeo (PE) dio este martes luz verde a las nuevas normas sobre el etiquetado de la comida orgánica para mascotas, que obligan a que el alimento así designado contenga al menos el 95% de ingredientes agrícolas orgánicos en términos de peso.

La legislación fue aprobada por 592 votos a favor, 12 en contra y 21 abstenciones, según indicó el PE en un comunicado.

Las reglas, acordadas por la Eurocámara y los Estados miembros de la Unión Europea (colegisladores del club comunitario) en junio, armonizan el etiquetado de los alimentos orgánicos para mascotas con el etiquetado de los alimentos orgánicos para consumo humano.

"Desde que en 2022 entró en vigor un nuevo marco legislativo para los productos orgánicos, los alimentos para mascotas solo podían etiquetarse como orgánicos si todos sus ingredientes procedían de producción orgánica. Ya no se permitían normas nacionales sobre el porcentaje mínimo de ingredientes orgánicos en los alimentos orgánicos para mascotas", expuso el PE.

Sin embargo, la nueva ley reduce el porcentaje y permite que los alimentos para mascotas puedan etiquetarse como orgánicos si al menos el 95% en términos de peso de sus ingredientes agrícolas es orgánicos.

Las existencias actuales de alimentos para mascotas etiquetados como orgánicos después del 1 de enero de 2022 se podrán vender sin añadir el nuevo logotipo ecológico obligatorio de la UE en el envoltorio, con el objetivo de evitar el desperdicio de productos y material de embalaje.

Los productores de alimentos orgánicos para mascotas cuyos ingredientes principales provengan de la caza y la pesca podrán etiquetar los mismos como orgánicos siempre que todos los ingredientes agrícolas del alimento para mascotas sean orgánicos.

Una vez que los Estados miembros también den su visto bueno formal a la ley, entrará en vigor tres días después de su publicación en el boletín oficial de la Unión Europea.

No obstante, habrá un periodo de transición, de modo que a los productores se les exigirá colocar el nuevo logotipo orgánico de la UE en sus productos seis meses después de que el reglamento entre en vigor.