Calidad Pascual se ha marcado un reto claro a cuatro años vista: armonizar sus objetivos de negocio con las expectativas de sus grupos de interés a través de su nuevo Plan Director de Creación de Valor Compartido 2020.

Tomás Pascual, presidente de la compañía, ha dejado claro que ya "no basta con ocuparse de la cuenta de resultados". "Consumidores, clientes, proveedores, ciudadanos y accionistas te van a exigir diálogo, respeto y responsabilidad empresarial", ha asegurado.

Y es que las cifras son relevantes a este respecto. A lo largo de 2015 colaboraron en la cadena de valor de Calidad Pascual 456 ganaderías, 3.387 proveedores, 2.300 empleos directos y 6.000 indirectos, y 348 distribuidores. La compañía distribuyó alrededor de 1.000 millones de envases de sus 13 categorías de productos, que en España llegaron a 117.000 puntos de venta y a 30 millones de consumidores. Estos datos han supuesto una facturación de 690 millones de euros, un Ebitda de 74,7% y un aumento de la rentabilidad del 1,5%.

La compañía arandina se sitúa, así, como pionera a la hora de aplicar la gestión ética a las decisiones corporativas. En el futuro más inmediato su objetivo es “ganar protagonismo y convertirse en referencia española para una alimentación equilibrada y saludable” y “convertirse en referente nacional en innovación disruptiva, transformación digital y gestión industrial”, señala.

"Nos hemos fijado como objetivos medulares alcanzar la excelencia en toda nuestra cadena de valor y acelerar nuestro proceso de internacionalización en torno a los yogures de larga vida”, apunta Tomás Pascual.