Hace apenas veinte días que se anunciaba de forma oficial la salida de Agustín Markaide de Eroski y el relevo de Rosa Carabel como nueva presidenta. La clave de ese cambio en el liderazgo de la cadena reside en la necesidad de afrontar una época de cambio que, desde el grupo, se afronta con un cambio de timonel.

Markaide, a solo unos días de su jubilación, ha concedido una entrevista a la revista TUlankide, que a su vez forma parte de Mondragon Corporation, a la que pertenece Eroski. El presidente analiza los diferentes retos y oportunidades que afronta la distribuidora, además de hacer balance de su mandato.

"Me apena alejarme de ese futuro, no estar en ese nuevo ciclo para Eroski, pero disfrutaré con él", indica Markaide, quien cree que la empresa se encuentra en una posición óptima para competir ante un momento de transformación. "La alimentación va a vivir unos años de extraordinario cambio", dice, y se refiere tanto a la distribución como a la propia fabricación y producción.

"Muchas empresas nacerán y crecerán y otras desaparecerán", reconoce, pero adelanta que la clave de la supervivencia se encuentra en la valentía. "Las que se arriesgan pueden no acertar, las que no se arriesguen no acertarán, seguro", vaticina.

Por eso, Markaide cree que "Eroski necesita cambiar después de una etapa dura y larga". "Ahora es tiempo de 'reforzar' y 'avanzar'", afirma. En todo caso, el "camino recorrido" de la cooperativa puede servir para "ejercer un papel de liderazgo en esta transformación", según considera Markaide.

"Debíamos procurar una alimentación más sana y sostenible, esto que ahora se escribe en los memorandos europeos", presume. De ese modo, Markaide es optimista: "Estamos bien situados, preparados para esa alimentación saludable y sostenible".

En este punto, además de la transformación del sector, cree que "los factores más complicados serán los propios de la competencia y del negocio, el valor que das, el precio... van a ser una batalla continua".

A pesar de ello, cree que Eroski cuenta con importantes fortalezas y por ello aventura que Eroski seguirá siendo rentable. "Y además con un proyecto empresarial y social verdaderamente apasionante", añade.

Capital humano

Hasta el momento, Eroski ha capeado los temporales con solvencia, como en la Gran Recesión. "En la crisis de 2008 sufrimos económica y financieramente y nos dedicamos a 'resistir' y 'transformar'", defiende. Ante esa coyuntura, la enseña sobrevivió gracias a "las personas de la cooperativa, conscientes y comprometidas", señala Markaide.

No obstante, no se limita a alabar a los propios trabajadores de Eroski, sino también a los clientes: "Nosotros estábamos noqueados por el golpe y nos demostraron que apreciaban el capital de confianza que se había creado durante años hacia Eroski".