Antonio Agustín

| El yogur, una excelente oportunidad de negocio | -

Tarros de yogur
Tarros de yogur

Dice la enciclopedia popular que el origen del yogur es muy antiguo, anterior incluso al comienzo de muchos cultivos agrícolas (6.000 años) y que, al parecer, era consumido por tribus nómadas que descubrieron con buena fortuna que el proceso de fermentación de la leche daba larga vida al alimento, que podían llevar en odres que iban rellenando cada vez que se vaciaban. Claro, para quienes siempre iban de un lado a otro, la facilidad en la fabricación y en el transporte eran clave para el consumo.

De noble familia madrileña, Ruy González de Clavijo fue encargado por el propio rey de España -Enrique III de Castilla- que encabezara la embajada a Samarcanda (hoy de Uzbekistán y también en la estación de Atocha), la capital del imperio de Timur, para ver al apodado 'el cojo', un monarca de reconocida crueldad y también conocido en Occidente como Tamorlán.

"Esta embajada castellana tenía como objeto trazar itinerarios fiables desde Castilla hasta Asia central, verificar las rutas comerciales, recabar noticias sobre los pueblos transitados y poner de manifiesto la superioridad de Enrique III frente al resto de las monarquías europeas", cuenta en su Historia del gran Tamorlán. Y en un gran banquete que se les ofreció a su comitiva había "mucha carne, miel y huevos, natas acedas (yogur), escodillas de leche y todo esto eran considerados grandes manjares...". Del mismo modo, a mediados del siglo XVI, el autor del Viaje de Turquía, Cristóbal de Villalón, se refiere a la "leche aceda", es decir, el yogur.

Del yogur se decía entonces: "Al igual que un bebé alimentado con leche materna es más vigoroso, sano y fuerte, también un adulto que consuma diariamente el yogur será capaz de manejar una espada mucho más grande y pesada que la de su oponente".

"Al igual que un bebé alimentado con leche materna es más vigoroso, sano y fuerte, también un adulto que consuma diariamente el yogur será capaz de manejar una espada mucho más grande y pesada que la de su oponente"

Un personaje muy relevante en la historia ya moderna es Elías Metchnikoff, científico ruso que en 1884 formuló la 'teoría fagocitósica de la inmunidad', que demostró que hay bacterias capaces de convertir el azúcar de la leche en ácido láctico que es el que dificulta el desarrollo de las bacterias dañinas derivadas de la descomposición de alimentos. Fue uno de los motivos por los que le concedieron el Nobel de medicina en 1908.

A partir de entonces se ha hecho hincapié con mucha más fuerza en dos 'efectos' clave para quien consume yogur: de un lado, calmante y regulador intestinal; y de otro, ser capaz de mejorar la esperanza de vida y retardar el envejecimiento.

Pero quien tuvo de verdad las ideas claras (por saberlas aprovechar) fue Isaac Carasso, que en 1919 metió este producto del que hemos explicado la historia en un frasco de cristal y le llamó DANON (al parecer el diminutivo con el que llamaba a su hijo Daniel nacido este mismo año). Gran invento que unió para siempre a esta marca con el yogur.

Empezó a comercializarlo en farmacias de Barcelona con una etiqueta en la que se leía 'Alimento vigoroso desinfectante intestinal. Recomendado para los enfermos de estómago' y resumía entre sus propiedades las de "dar belleza, juventud y larga vida" (todo lo que soñaba Metchnikoff...). Y de ahí, hasta ahora, gran empresa multinacional que, a pesar del crecimiento, las fusiones y las adquisiciones ha basado su desarrollo en la salud. Hace ya años amplió este concepto con pericia creando el de 'postres lácteos' en una categoría que siendo de frío positivo reclamaba una atención especial por parte del detallista.

Danone, la empresa del yogur, ha sido y es una compañía de valores. Siempre considerada entre las mejores para trabajar, sus clientes la han calificado también como excelente. Posiblemente porque ya Antoine Riboud- empresario preocupado por las personas y la sociedad- influyó mucho en ello. Ahí está su emocionante discurso en 1972 ante miles de empresarios, sobre la vertiente humana de los negocios y el inestimable valor del medio ambiente y de la tierra.

El yogur, la salud , los valores y Danone están muy ligados. En admirable conjunción.

En estos tiempos de tanta corrupción, escasos principios y poca bonhomía manifiesta, es alentador observar algunos referentes -para mí ejemplarizantes como éste- que aúnan hacer negocios con bienestar, con ganar dinero, con trabajadores que son felices, con bien común y respeto al medio ambiente.

Bravo.

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