La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag) ha lamentado que las cifras récord en el valor de la producción agraria en 2016 (46.487 millones de euros) se vean “empañadas” por la caída generalizada de los precios (-3,2% en cultivos agrícolas y -4,6% en sectores ganaderos).
Esta entidad destaca los descensos en plantas forrajeras (-11,9%), hortalizas (-10,9%), cereales (-10,9%), aceite de oliva (-5,1%) y plantas industriales (-3,7%). En ganadería, 2016 deja una caída generalizada en todos los sectores: huevos (-14,2%), aves (-12,7%), leche (-5,4%), ovino-caprino (-5,0%), porcino (-1,3%) y vacuno (-0,4%).
Coag recuerda que, según la primera estimación de la renta agraria publicada por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), la renta agraria total en 2016 ha experimentado un ascenso del 4,3% respecto a 2015, un 5,1% en términos corrientes. “Es un dato engañoso porque el aumento es consecuencia directa de una mayor producción y no tanto por unos mejores precios percibidos por el agricultor”, ha precisado Miguel Blanco, secretario general de esta organización.
En este sentido, destaca especialmente el aumento en la cantidad producida de aceite de oliva (69,9%), cereales (18,1%), plantas industriales (17,8%), plantas forrajeras (5,0%), hortalizas (1,9%), vino y mosto (0,3%).
A pesar de la tendencia alcista, desde 2003 (año de la reforma de la PAC), el sector agrario se ha dejado por el camino el 21% de su renta. Datos positivos, sin embargo, son que, por primera vez en la última década, aumentan los activos agrarios (+1,6%) y desciende ligeramente (-3,4%) el precio de semillas/plantas de vivero, energía, fertilizantes, fitosanitarios, alimentos para el ganado y gastos veterinarios, entre otros.
De cara a 2017, Coag estima necesario priorizar la medida de apoyo a la instalación de agricultores jóvenes. Además, propone mejoras de la Ley de Cadena Alimentaria, tales como el aumento y optimización de los recursos de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), la extensión de los contratos obligatorios al conjunto de las operaciones en la cadena, la introducción de la “venta a pérdidas” como práctica comercial abusiva sancionable, la ampliación de la figura del mediador y la prohibición de las campañas de promoción basadas en el regalo de alimentos básicos.
Por su parte, considera que el seguro agrario debe ser “una estrategia fundamental de mantenimiento de rentas” ante el volátil entorno económico actual y aboga por que el Ministerio de Agricultura trabaje en Bruselas por una nueva orientación de la Política Agraria Común “más social y profesional”. Igualmente, pide un “impulso a la transformación digital y el big data en el campo”.
