Fabricantes | Inteligencia artificial para agilizar el descubrimiento de fármacos... ¿y alimentos?

Alphabet/Google ha cerrado dos acuerdos multimillonarios en materia farmacéutica para la aplicación de inteligencia artificial. Analizamos sus posibles repercusiones en la fabricación alimentaria.

Inteligencia artificial para agilizar el descubrimiento de fármacos... ¿y alimentos?
Inteligencia artificial para agilizar el descubrimiento de fármacos... ¿y alimentos?

Sólo dos años después de su aparición, la compañía farmacéutica Isomorphic, propiedad de Alphabet/Google, ha cerrado dos acuerdos con Lilly y Novartis por valor de casi 3 mil millones de euros para agilizar el descubrimiento de nuevos fármacos mediante inteligencia artificial

Los dos acuerdos significan un considerable avance para la tecnología basada en IA de AlphaFold desarrollada por el DeepMind de Google, sobre la que se ha construido la plataforma de Isomorphic.

Dicha plataforma ayuda a predecir la estructura de las proteínas, e Isomorphic considera que los nuevos descubrimientos de AlphaFold permitirán mejorar sus predicciones de proteínas para incluir pequeñas moléculas y ácidos nucleicos.

El acuerdo alcanzado con Lilly consiste en 45 millones de dólares en efectivo para la investigación de terapias con pequeñas moléculas dirigidas a tratar enfermedades no diagnosticadas, mientras que el acuerdo con Novartis, de naturaleza similar, se ha cerrado por 37,5 millones en efectivo y 1,2 mil millones en 'biodólares'. 

Descubrir nuevos fármacos y... ¿alimentos?

El sector farmacéutico recibe más inversiones que el alimentario en material de inteligencia artificial, pero los descubrimientos del primero podrían acelerar la innovación en el segundo.

De hecho, en el ámbito de la alimentación ya se están desarrollando investigaciones que podrían cambiar la manera de producir alimentos para consumo humano.

Eat Just, por ejemplo, trabaja desde 2014 con herramientas de inteligencia artificial para analizar el mundo vegetal y obtener nuevas fuentes de proteínas con las que reemplazar el consumo de huevo.

Con las cifras en la mano, su futuro es prometedor. "Este mercado tiene un potencial de facturación de tres mil millones de dólares sólo en Estados Unidos", señala Malwine Steinbock, directora de Food Scouting, al ser consultada por este medio.

Asimismo, Journey Foods ha creado una plataforma basada en JourneyAI  para mejorar la composición nutricional de los alimentos derivados de las plantas.

Esta plataforma cuenta con una gran base de datos de nutrientes y datos de mercado, que luego utiliza para crear refrigerios de frutas con ingredientes que favorecen el sistema inmune, la digestión, la energía o las funciones cerebrales.

En una línea de investigación similar se encuentra Hampton Creek, que ambiciona "indexar las más de 400.000 plantas que existen en el mundo, empezando por las que ya se cultivan", explica un científico de la empresa al medio especializado Tech Food Magazine.

"El objetivo es saber si estas plantas sustituir la proteína animal, principalmente el huevo. Descubrimos, por ejemplo, que con la proteína del garbanzo verde podemos conseguir una textura muy similar a la de una tortillas de huevo y también un producto similar al suero de leche".

Air Protein, la compañía liderada por Lisa Dyson que quiere producir carnes sostenibles a partir de elementos disponibles en el aire, forma parte de la misma tendencia. Y existen muchas otras.

Nos encontramos todavía en los inicios de una investigación de largo recorrido. Sus aplicaciones comerciales son complejas, pero la transferencia de conocimientos entre sectores industriales debería ayudar a acelerar el proceso.

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