El sector agroalimentario se encuentra en un proceso de transformación y cambio. La innovación está revolucionando por completo el funcionamiento de la industria agroalimentaria, ofreciendo nuevas oportunidades y consolidándose como una parte esencial de la agenda política tanto a nivel comunitario como nacional. Además, ha ganado un peso estratégico en las políticas europeas de investigación, desarrollo e innovación, así como en la futura Política Agraria Común (PAC) para el periodo 2024-2027.

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación tiene un fuerte compromiso con la innovación en el sector agroalimentario. A través de su participación en la Asociación Europea para la Innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas (AEI-Agri), el ministerio impulsa la implementación de ayudas a la innovación propuestas por dicha asociación, en el marco de la programación de desarrollo de la PAC.

En España contamos con una industria alimentaria y de bebidas sólida y diversa, compuesta por más de 30.000 empresas que generaron empleo para más de 454.800 personas en 2022. Estos números reflejan la importancia de este sector en la promoción de la igualdad de género y el empleo juvenil.

Pero su contribución económica no se limita al empleo, sino que también se refleja en su aporte al Producto Interior Bruto (PIB) nacional. La agroalimentaria representa el 25,4% de la industria manufacturera en España, contribuyendo con el 2,47% al Valor Añadido Bruto (VAB) del país y se posiciona como una de las principales fuentes de exportación de la cuarta economía más importante dentro de la Unión Europea.

En este contexto, las pequeñas y medianas empresas (pymes) juegan un papel fundamental en la industria alimentaria española. De hecho, el 80% de las empresas en este sector cuenta con menos de diez empleados, lo que demuestra la relevancia de las pymes en la economía local. Estas empresas contribuyen a fijar población y fortalecer el entramado empresarial en áreas rurales.

Sin embargo, la industria agroalimentaria, al igual que el resto de la cadena alimentaria, se enfrenta a grandes retos y desafíos. La crisis sanitaria, el contexto inflacionista actual, las crecientes exigencias medioambientales, las modificaciones normativas a nivel comunitario y nacional, así como los cambios en los hábitos de consumo, son solo algunos de los desafíos a los que se ha tenido que enfrentar y se continúa enfrentando.

Para fortalecer y potenciar el sector agroalimentario y la industria alimentaria, se ha implementado el PERTE Agroalimentario. Este programa ha recibido varias decenas de solicitudes de proyectos tractores, movilizando una inversión que supera los 750 millones de euros. El objetivo de esta estrategia es impulsar la cadena agroalimentaria y proporcionar las herramientas necesarias para abordar los desafíos medioambientales, digitales, sociales y económicos de la próxima década.

Se está produciendo un avance significativo en el desarrollo de proteínas alternativas y productos híbridos, que buscan ofrecer opciones más sostenibles y saludables para los consumidores. La inteligencia artificial está desempeñando un papel crucial en este avance, permitiendo formular nuevos ingredientes y mejorar la eficiencia en la producción. Las tecnologías digitales como la robótica, el Big Data, el Machine Learning, la automatización de procesos y el Internet de las Cosas (IoT) están optimizando la cadena de suministro, reduciendo costos y mejorando la calidad de los productos.

En este sentido, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación está impulsando el emprendimiento innovador en el sector agroalimentario a través de los créditos de ENISA de la línea Agroimpulso. Hasta el momento, se han movilizado más de 10,9 millones de euros en apoyo a la digitalización y el emprendimiento en este sector.

Es importante destacar el compromiso de la industria alimentaria con el medio ambiente y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Mediante la inversión en innovación, se están implementando medidas para reducir las emisiones de CO2, mejorar la eficiencia energética mediante el uso de energías renovables, disminuir la generación de residuos, implementar estrategias de ecodiseño en los envases y reducir el consumo de agua. De hecho, la industria alimentaria es el quinto sector con mayor número de empresas comprometidas con los ODS, lo que demuestra su preocupación por garantizar la sostenibilidad y contribuir a un futuro más sostenible.

En conclusión, nos encontramos en un emocionante proceso de cambio y adaptación en el sector agroalimentario gracias a la innovación y la implementación de nuevas tecnologías. La colaboración entre el sector público y privado, así como el apoyo a la investigación y el emprendimiento, son fundamentales para impulsar la transformación de este sector y asegurar su éxito en un entorno cada vez más competitivo.

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