Malas noticias para Kimberly-Clark en este inicio de 2018. La multinacional ha anunciado el recorte de más de 5.000 puestos de trabajo y el cierre de diez plantas de producción en los próximos cuatro años dentro de un plan con el que pretende ahorrar más de 1.600 millones de euros.
El plan de restructuración laboral supone el adiós del 12% de su plantilla y supondría un ahorro de coste que podría alcanzar los 450 millones de euros.
Por otro lado, Kimberly-Clark ha anunciado su plan de cerrar o vender hasta diez centros de producción para aumentar la capacidad en el resto de fábricas. Además, se darán por terminados algunos negocios cuyos márgenes de beneficios son muy bajos, aunque no ha especificado cuáles.
El grupo dueño de los pañuelos Kleenex, del papel higiénico Scottex o de los pañales Huggies espera ahorrar con estos cierres más de 1.200 millones de euros.
En un comunicado, la compañía señala su previsión de que "el programa afecte a la totalidad de los segmentos de negocio de la empresa y las organizaciones en cada región geográfica principal".
"Es la mayor reestructuración que acometemos desde 2003"
El presidente y consejero delegado de Kimberly-Clark, Thomas J. Falk, ha subrayado que este plan de reestructuración "acelerará" la vuelta de la compañía a sus objetivos de crecimiento a largo plazo. "Es la mayor reestructuración que acometemos desde 2003 y hará que nuestra compañía sea más ágil, fuerte y rápida", añade.
Resultados de 2017
El anuncio viene después de que la multinacional haya dado sus cifras de 2017, que se resumen en un beneficio neto atribuido de 1.850 millones de euros (+5,2%) y una facturación de 14.860 millones de euros (+0,3%).
La reforma fiscal de Donald Trump favoreció a la empresa en el último trimestre, con un beneficio atribuido de 500 millones de euros (+22%), con unas ventas netas de 3.700 millones de euros.
