La Sirena obtuvo un beneficio de 53,2 millones de euros en su último ejercicio fiscal (con cierre a fecha de 30 de abril de 2015), gracias en parte a la capitalización del préstamo participativo de 62 millones de euros, realizada por su nuevo accionista, el fondo de capital riesgo OpCapita.
La cifra de ventas alcanzó los 145,4 millones de euros, el 0,3% menos que el ejercicio anterior, si bien, a superficie comparable, se incrementaron ligeramente. Esta estabilización de las ventas se consiguió sin haber realizado aperturas de tiendas en los dos últimos ejercicios y bajo la presión de nuevas aperturas de otros operadores tanto en Cataluña como en Madrid, las dos zonas en que opera la compañía.
La cadena de productos congelados culminó también la reestructuración de su situación financiera, lo que ha supuesto la reducción de la misma en más de 70 millones de euros pasando así de 96 millones de euros a 24,5 millones. A cierre del ejercicio su deuda financiera neta era de 10,7 millones de euros.
Con estos mimbres, la compañía confía en iniciar una nueva etapa de expansión y crecimiento que comenzó a fraguarse en 2012, cuando el equipo directivo asumió el control de la empresa. Para ello, diseñó un plan a tres años que incluía un agresivo ajuste en costes, cambios organizativos importantes y una remodelación del modelo comercial con distintas iniciativas como La Sirena Club, la tarjeta de fidelización de la cadena, que actualmente cuenta con casi un millón de miembros.
