La expansión de Aldi en Estados Unidos es una realidad. La enseña de origen alemán tiene en marcha un plan de expansión a cinco años vista que anunció en 2017, en el que su inversión total alcanzará los 5.000 millones de dólares (unos 4.522 millones de euros).
La compañía abrió su primera tienda en este país en 1976 en el Estado de Iowa, pero sólo en los últimos años se ha propuesto crecer, invirtiendo más de 4.900 millones de dólares (4.432 millones de euros), para remodelar las tiendas antiguas y abrir nuevas, señala en su LinkedIn Javier Pérez de Leza, experto en retail.
Con sede en Batavia (Illinois), la cadena ha crecido hasta el punto de tener más de 2.000 tiendas en 38 Estados y 25.000 empleados. También tiene planes de expandir las compras online en el área de influencia de 1.200 tiendas.
150 NUEVOS SÚPER EN 2022
Entre los objetivos que tiene Aldi para 2022 se encuentran un aumento de aproximadamente 150 nuevas tiendas y continuar con la expansión continua en la región de la Costa del Golfo.
Bajo este plan, la compañía ha invertido ya 3.400 millones de dólares (3.074 millones de euros), para pasar de 1.700 a 2.500 tiendas en todo el país de cara a finales de este año.
A este plan de expansión, añadió una inversión adicional en las remodelaciones de sus tiendas existentes, por valor de 1.600 millones de dólares (1.446 millones de euros).
Con todo ello, su objetivo para este año es ser la tercera cadena más grande de Estados Unidos, por detrás de Walmart y Costco Wholesale.
"No hay nada como ver la cara de los clientes al descubrir Aldi por primera vez, hay un momento de sorpresa al ver cuánto pueden ahorrar comprando con nosotros", afirma Jason Hart, CEO de Aldi U.S.
EL MOMENTO PERFECTO PARA LA EXPANSIÓN EN EE.UU.
Los expertos en el mercado americano dicen que, dado el complicado momento actual, tras la Covid-19 y la inflación desbocada, "es el momento perfecto para llevar a cabo la ampliación de Aldi. Yo añadiría y en Europa también", señala Pérez de Leza.
Este experto subraya cómo la enseña ha ganado cuota de mercado desde el inicio de la pandemia y todo apunta a que seguirá jugando un papel clave para un consumidor preocupado por las consecuencias de la guerra de Ucrania y los efectos de ambas en la inflación.
