Las investigaciones que está llevando a cabo la Fiscalía de Turín ante un supuesto fraude en el etiquetado de varias marcas de aceite de oliva virgen extra (Bertolli, Carapelli y Sasso) que comercializa Deoleo, han llevado a la compañía a solicitar una “prueba de contraste” al entender que el método de cata empleado es "subjetivo, no repetible y no reproducible".

En un comunicado, Deoleo puntualiza que el análisis físico‐químico del laboratorio de Aduanas de Génova demuestra que sus productos están dentro de la norma de los aceites de oliva virgen extra (VE) que establece la legislación italiana.

Respecto a la cata efectuada por la policía italiana, afirma que se trata de un “análisis sensorial en el que un grupo de expertos valora simplemente el olor y sabor del aceite” y añade que las verificaciones efectuadas “si bien las han llevado a cabo catadores profesionales, están consideradas en muchos aspectos insuficientes”.

La compañía señala que cumple de manera estricta todas las leyes y requerimientos legales en materia de seguridad alimentaria en todos los países en los que opera. Asimismo, declara estar disposición de quien lo requiera para demostrar, “con absoluta transparencia”, que cumple la ley. Además, hace hincapié en que la calidad e integridad de sus productos es, desde sus orígenes, “un valor innegociable y el pilar fundamental de la compañía”. A este respecto, recuerda que cuentan con las principales acreditaciones y certificaciones internacionales (ISO 9001, IFS, BRC).