El sonido de las máquinas tragaperras cada vez se escucha menos en los bares españoles. Los clientes ya no pasan el rato en las máquinas de los bares. “Hace tres años, recaudaba unos 1.000 euros al mes, ahora no llego ni a los 500 euros”, señala a Consumidor Global Nawar Habach, gerente de la cafetería Els Arcs, en Barcelona.

Según la Federación Andaluza de Asociaciones de Jugadores de Azar Rehabilitados, estas máquinas siguen liderando el ranking dentro de la ludopatía, por tanto, ¿Cómo es posible que recauden menos? La razón es que las tragaperras han sido desterradas a los salones de juego o al formato online, donde no es necesario hacer una paga extra para consumir alguna bebida o comida, y donde los clientes se ven menos expuestos.

“Los hábitos de consumo han cambiado y uno de los ejemplos en el caso de la actividad ha sido el desplazamiento de la demanda a otro tipo de juegos, tanto de modalidad pública como privada, como puede ser el juego online o las apuestas deportivas, que ha supuesto un descenso de la actividad en las máquinas tragaperras en la hostelería, al igual que en otros tipos de juegos más tradicionales, existentes desde hace años en nuestro país”, confirman desde CeJuego al citado medio.

“Se debe tener en consideración que, tras dos años de pandemia, y la crisis inflacionaria que se vive en la actualidad, no podemos perder de vista que estas máquinas son un complemento de recaudación muy significativo para muchos establecimientos de hostelería que sufren las consecuencias de los problemas actuales”, destacan desde CeJuego.