Es arriesgado decirlo a la ligera, pero nos atrevemos: este pasado fin de semana fue uno de los más felices en la vida de Juan Roig. No se lo hemos podido preguntar en persona, pero seguro que lo confirmaría. Su Valencia Basket ha sido por primera vez en la historia campeón de la ACB. Y ante uno de los mejores equipos de Europa, el Real Madrid. La 'cultura del esfuerzo' que pregona Roig en Mercadona también tiene su versión deportiva.

El pasado viernes Roig vio el cuarto y definitivo partido de la final desde la grada del pabellón de La Fonteta. El accionista mayoritario del Valencia Basket no suele ver los partidos desde el palco, pues le gusta sentir el calor de la afición, y con ella disfrutó de lo lindo antes, durante y después de ese 87-76 que reflejó el marcador final con el que la formación naranja entró en la eternidad.

La fiesta en el pabellón fue histórica y Roig no se la quiso perder posando con los jugadores en la pista. Para la historia queda también su abrazo con el montenegrino Bojan Dubljevic, MVP de la final, quien le prometió quedarse en el equipo pese a los cantos de sirena que llegan de la NBA. "¡Esta es mi casa, yo siempre aquí!", dijo emocionado a Roig, igualmente exultante. "¡Nuestro, nuestro, esto es nuestro!", repetía el jugador sobre el título liguero. Un abrazo entre flaxes convirtió el momento en una de las imágenes de la celebración.

Para el día siguiente quedó la fiesta por las calles de Valencia, visitando las instituciones y sirviendo la copa desde los balcones ante el júbilo de la afición. La sonrisa de Roig superaba a todas las vistas hasta ahora cuando presenta los resultados anuales de Mercadona.

La afición del presidente de Mercadona por el basket viene de lejos. Desde los años 80 cogió las riendas del club y durante dos décadas se empeñó en hacerlo grande, aunque sin mucha suerte. Millones y millones de euros en inversión sacados de su propio bolsillo (para algo es es segundo millonario español tras Amancio Ortega) se tradujeron solo en dos títulos: la Copa del Rey del 98 y la Eurocup del 2003. Poco para un hombre a quien casi le costó menos convertir Mercadona en lo que es hoy en día.

Su vinculación con el club no decayó y ha seguido en los últimos diez años dándole oxígeno en forma de millones de euros. Llegaron, incluso, otras dos Eurocup más. No es un negocio, es una afición. Una pasión. Y como buen empresario y valenciano que es, entiende que potenciar el deporte profesional y amateur en la ciudad da a Valencia una imagen en el exterior de valor incalculable. Por eso nunca ha abandonado al Valencia Basket. Por eso ahora ha llegado su gran premio con este título de Liga que disfrutará casi más que nadie. "No será el último que celebremos", ha dicho durante estos días.

Esa 'Cultura del esfuerzo', lema que luce la camiseta del Valencia Basket, sirve de vínculo al club con Mercadona. No hay más relación entre la entidad deportiva y la cadena de supermercados que tener a Juan Roig como referente en la gestión, con una filosofía que las ha llevado a ambas al éxito. Y él, sonriendo más que nunca...