Un producto que se comercializa bajo el sello de una denominación de origen y que no lo es. Este fraude cuesta 90 millones de euros, según Origen España, entidad que agrupa a 42 DOP e IGP. El valor de las pérdidas atañe precisamente a ese casi medio centenar de certificados.

El estudio que ha elaborado Origen España constata "el alarmante nivel de fraude al designar un producto genérico, tal como aceite, queso, jamón, carne, fruta o turrón, con un nombre protegido por una DOP", manifiesta en un comunicado.

Origen España denuncia la deficiente protección que las normas internacionales prestan a las DOP e IGP frente a prácticas comerciales desleales, que menoscaban su reputación. La entidad pide a la Administración española medidas específicas, tales como campañas de comunicación o la correcta identificación de los productos protegidos.

Para la asociación, es necesario que la Administración asuma la protección “ex oficio” de las DOP e IGP ante las infracciones que se repiten habitualmente en el mercado. Entre ellas, se ha constatado que, entre el 10 y el 15% de la ocasiones, el producto referenciado no se corresponde con el protegido por una Denominación de Origen o Indicación Geográfica, si no que se trata de un producto genérico.