La coyuntura inflacionaria ha deteriorado pronunciadamente la dieta de los españoles: comemos menos y peor, según se desprende de los datos extraídos del Informe del consumo alimentario en España correspondiente al año 2022 elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

El volumen de compra ha descendido el 8,8%, una caída todavía más pronunciada en el caso de la carne (-12,7%) y el pescado (15,5%). Ante una cesta de la compra cada vez más cara, tendemos a reemplazar proteínas con hidratos de carbono.

Por su parte, la restauración, que viene recuperando parte de su cuota de estómago habitual anterior a la pandemia, se encuentra todavía por debajo de 2019 en términos de valor y volumen. 

El mercado total de la alimentación asciende a 30.947 millones de kg o litros y a 107.781 millones de euros y su volumen global ha descendido el 7,1% mientras que el valor, impulsado por la inflación, ha ascendido el 2,7%.

En términos generales, los consumidores pagan más y consumen menos alimentos. El consumo en el hogar, que asciende a 26.986 millones de kilos o litros, se ha reducido el 8,8% en volumen y el 0,9% en valor en relación a 2021. Si tomamos como referencia de la comparación el año 2019, encontramos que el gasto alimentario tomado en su conjunto (es decir, dentro y fuera del hogar) es el 5,9% menor, los precios se han elevado el 12,9% y el gasto se ha elevado el 6,3%. En 2019, el gasto per cápita era de 2.602,02 euros; en 2022, de 2.582,09 euros.

Sin embargo el gasto alimentario dentro del hogar, que desde la vuelta a la normalidad posterior a la pandemia viene reduciéndose tanto en términos monetarios como de cuota de estómago, sigue siendo superior al gasto en 2019: 1.597,58 euros per cápita en 2022 por 1.506,88 euros en 2019. Estos datos (ver gráfico arriba) sugieren que el sector minorista alimentario todavía podría estar devolviendo cuota de estómago al canal Horeca (es decir, fuera del hogar).

¿Comen peor los españoles en 2022?

El consumo de carne ha descendido el 12,7% respecto a 2021, muy por encima del descenso general experimentado por el consumo en el hogar (8,8%). Respecto a 2019, la época anterior a la pandemia, el descenso es del 13,4%. Esto es particularmente preocupante dado que se trata de la categoría que más proporción del presupuesto acapara en los hogares: el 19%.

En cuanto a los productos de la pesca (que incluye pescados frescos, congelados y mariscos, entre otros), el consumo per cápita de los mismos es de 19,9 kilos por persona, el 15,5% menos con respecto a lo ingerido un año antes. El gasto per cápita también disminuye el 9,4%. Todo esto sugiere que el encarecimiento relativamente superior de carnes y pescados —a los que no se ha aplicado la disminución del IVA— durante el periodo inflacionario ha repercutido en dietas más pobres tanto en composición como en volumen, privando a los ciudadanos de nutrientes indispensables. Los frescos todavía representan el 37,3% de los alimentos en términos de volúmenes adquiridos y el 40,7% en términos de valor.

El canal Horeca se recupera

El consumo fuera del hogar, que representa el 12,8% del volumen total de consumo (3.961 millones de litros/kilos) y el 31,4% del valor (33.843 millones de euros) crece tanto en volumen (+6,1%) como en valor (+11,5%) respecto a 2021.

En relación al periodo anterior a la pandemia, el consumo en volumen es todavía inferior: en 2022 era de 115,05 kg o litros por persona, frente a los 148,00 kg o litros por persona de 2019. Asimismo, el consumo en gasto fuera del hogar también se encuentra por debajo de los niveles prepandemia: en 2019 era de 1095,14 euros per cápita y en 2022 es sólo de 984,51. 

Por otro lado, el canal todavía se encuentra por debajo de los niveles prepandemia en cuota de estómago, lo que sugiere que todavía existe potencial de crecimiento en detrimento del consumo dentro del hogar.