En marzo el índice de referencia de los precios internacionales de las materias primas alimentarias disminuyó un 2,1% respecto al pasado mes de febrero y un 20,5% menos en relación al mes de marzo de 2022, según informa la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El índice de precios de los alimentos supervisados por la FAO arrojó en marzo un promedio de 126,9 puntos, un 2,1% menos que el mes anterior. Según ha explicado el organismo de la ONU con sede en Roma, esto se debe a una mejora en la cadena de suministros, a la moderación de las importaciones y sobre todo a la extensión de la Iniciativa del acuerdo del grano en el Mar Negro.
Rusia y Ucrania, protagonistas en el descenso de precios
El índice de precios del cereal de la FAO experimentó un descenso del 5,6% respecto al mes de febrero. Los precios internacionales del trigo bajaron un 7,1% como consecuencia de la mayor producción en Australia, a las mejores condiciones de cultivo en la Unión Europea, a la reapertura de los suministros con Rusia y a las exportaciones en aumento desde los puertos marítimos de Ucrania.
Asimismo, el precio mundial del maíz cayó un 4,6%, debido en buena medida a las expectativas de cosechas extraordinarias en Brasil, mientras que los precios del arroz disminuyeron un 3,2% gracias a la intensificación de las cosechas en los principales países exportadores: India, Vietnam y Tailandia.
El índice de precios de los productos lácteos también disminuyó, un 0,8% en marzo.
Carne y azúcar continúan al alza
Dos productos prosiguen su tendencia inflacionista en el índice de precios internacional elaborado por la FAO.
En primer lugar, el azúcar ascendió el 1,5% desde febrero hasta alcanzar su nivel más alto desde octubre de 2016, buena muestra de la incertidumbre acerca de los niveles de producción actual en India, Tailandia y China.
Por otro lado, el precio de la carne ha aumentado sólo el 0,5 por ciento. En el caso de la carne de bovino, las expectativas de una menor oferta en el futuro han ejercido una influencia decisiva. En lo que concierne a la carne de cerdo, un ligero aumento en la demanda europea explica la variación.
«Si bien los precios han caído a nivel mundial, siguen siendo muy altos y continúan aumentando en los mercados nacionales, lo que plantea desafíos adicionales para la seguridad alimentaria. Esto sucede sobre todo en los países en desarrollo que son a su vez importadores netos de alimentos, cuya situación se ha agravado a causa de la devaluación de sus monedas frente al dólar estadounidense o el euro, así como a causa de su creciente deuda», ha apuntado en conferencia de prensa Máximo Torero, el economista peruano que encabeza la FAO.
