Las empresas españolas de distribución desperdician menos del 1% del total de los alimentos comercializados. A pesar de este bajo porcentaje, el sector tiene planes concretos para reducir este problema, especialmente en lo que se refiere a la mejora en los procesos de fabricación. Así ha quedado de manifiesto en el encuentro organizado por Aecoc que ha reunido a cerca de 200 profesionales de distintos ámbitos para encontrar soluciones a esta cuestión.

En esta jornada se ha puesto de relieve que es en el propio hogar donde se genera el 42% del desperdicio total de alimentos, que se calcula que es de 7,7 millones de toneladas en España. De hecho, el 90% del desperdicio se produce por una mala planificación, por ello, es imprescindible concienciar a los consumidores del valor de los alimentos y los costes económicos, sociales y medioambientales que supone destruirlo.

Los alimentos que más se desperdician en el hogar son el pan y los cereales (20%). En Europa Occidental la industria produce unas ocho millones de toneladas de pan al año, de las cuales unas 500.000 toneladas se convierten en residuos sólidos. CETECE, el Centro Tecnológico de Cereales de Castilla y León, ha puesto en marcha un proyecto para el tratamiento de estos residuos y su reconversión en envases de plástico biodegradable.

Empresas como Roler ya están manos a la obras también en esta materia. En la compañía cárnica llevan a cabo procesos de mejora de la eficiencia, con los que han conseguido donar más del 41% del producto no comercializado apto para consumo. Asimismo, destinan más del 55% del producto no vendido a procesos de reaprovechamiento.

En enseñas como Simply el desperdicio es sólo del 0,7% y, como para cualquier compañía, el gran reto para reducir el desperdicio es la gestión de los productos frescos.