Más de un tercio de los consumidores españoles anticipa un aumento de su gasto en alimentación en 2026. En concreto, el 37% prevé destinar más dinero a sus compras el próximo año, según la edición de invierno de 2025 del Consumer Pulse elaborado por la consultora británica dunnhumby. España se sitúa así en la franja media europea, en un contexto en el que el 35% de los consumidores del continente cree que los precios seguirán subiendo hasta el verano de 2026.

El informe apunta a una clara segmentación por edades: los compradores sénior tirarán del gasto, seguidos por los consumidores de entre 35 y 44 años y, a continuación, por el grupo de 25 a 34. Esta mayor propensión convive, no obstante, con una percepción todavía cautelosa: los compradores de mediana edad y los mayores son también los más pesimistas respecto a la evolución futura del coste de la cesta de la compra.

dunnhumby.

Esa combinación de prudencia y voluntad de consumo —producto, en gran parte, de la inflación— se traduce en comportamientos claramente orientados al valor. Comprar marcas propias (51%), hacer uso de cupones de descuento (50%) y acudir a discounters (48%) siguen siendo las principales palancas para contener el gasto, muy por delante de otras opciones. Al mismo tiempo, gana peso la compra selectiva, con atención al origen local de los productos (38%) y a criterios de salud (31%), mientras retroceden fórmulas percibidas como prescindibles, como los kits de comida a domicilio o los platos preparados de delivery.

Para el sector de la distribución alimentaria, las conclusiones son alentadoras, señala el informe. La alimentación no es sólo la última partida que los consumidores están dispuestos a recortar, sino que es el primer ámbito en el que se permitirían gastar más si los precios se estabilizan o bajan. Dos tercios de los encuestados en Europa señalan la alimentación como la principal categoría en la que aumentarían su gasto en ese escenario, por delante de los viajes o la moda. Un mensaje claro: incluso en tiempos de cautela, el supermercado sigue siendo el espacio donde el consumidor español está dispuesto a darse pequeños caprichos.