Supermercados y restaurantes de Estados Unidos no parecen estar viviendo su mejor momento. Según datos del FBI, la cantidad de agresiones con agravantes que tuvieron lugar en restaurantes ha aumentado el 60% entre 2018 y 2020, y en supermercados y tiendas de comestibles, el 73%, recoge hispanidad.com.

Para intentar paliar esta situación de criminalidad, los citados establecimientos ya han planteando la limitación de horarios o están contratando más seguridad privada. Incluso, algunos comercios han optado por el cierre de tiendas. Es el caso de Starbucks, que ha tenido que cerrar de manera permanente 16 tiendas, tras numerosas denuncias de los trabajadores por incidentes relacionados con las drogas y la violencia, y ha avanzado que puede haber más cierres.

El director ejecutivo de Starbucks, Howard Schultz, ha asegurado que, si bien las tiendas son rentables, la seguridad de los empleados está en peligro, motivo que ha propiciado el cierre. "Nos enfrentamos a cosas para las que no se construyeron las tiendas", explica Schultz que ha pedido al Gobierno más medidas para combatir el crimen y abordar los problemas tras el incremento de las enfermedades mentales.

ROBOS, DROGAS Y ACOSO A EMPLEADOS

Otro ejemplo es la cadena de comida rápida Noodles & Company, que está impartiendo cursos a sus trabajadores para saber cómo responder ante la abalancha de casos en los que los baños de los locales son usados para traficar o consumir drogas.

De igual manera, la cadena de supermercados Good Food Holdings LLC ha denunciado que sus tiendas se han convertido en el sitio donde las personas sin hogar acampan, a veces acosando a los empleados y clientes o robando comida preparada. La compañía, propietaria de las cadenas New Seasons Market y Bristol Farms, en la costa oeste, también se ha visto afectada por robos organizados.

El gigante de supermercados Kroger Co., por su parte, ha incluído el robo organizado entre los factores que ponen en riesgo sus márgenes de ganancias por primera vez en su historia.

Y la cadena Fresh Market Place asegura que es habitual encontrarse a personas inyectándose heroína en el baño de sus tiendas. Así, han impartido formaciones a sus empleados para evitar y desactivar los conflictos, y han llegado a plantear que los gerentes vayan armados.

Burger King y McDonald's también se están viendo afectados por esta situación. Muchos de sus franquiciados ya han denunciado varios delitos cometidos en sus restaurantes y ven especialmente peligroso cómo aumenta el riesgo de noche.