Reino Unido ha decidido incluir un impuesto a las bebidas azucaradas con el que espera recaudar cada año unos 530 millones de libras (675 millones de euros). El impuesto se aplicará a partir de abril de 2018, según se marca en los presupuestos presentados esta semana por el gobierno británico.

El ministro de Economía, George Osborne, explicó que lo recaudado con este impuesto se destinará a medidas contra la obesidad. Se financiarán, por ejemplo, actividades deportivas en los colegios.

La nueva tasa se aplicará a bebidas con azúcar añadido por encima del límite de 5 gramos por 100 mililitros. Será mayor para aquellas con 8 gramos por 100 mililitros. La tasa no se aplicará a los zumos naturales de fruta ni a las bebidas con base de leche.

Osborne indicó que los fabricantes de bebidas azucaradas tienen la opción de reducir la cantidad de azúcar en sus productos antes de que el nuevo impuesto entre en vigor.

Desde España, la Asociación de Bebidas Refrescantes Anfabra ha mostrado su desacuerdo con esta medida de Reino Unido, que considera "discriminatoria y arbitraria sobre una categoría que está entre los alimentos y bebidas que más han reducido su contenido de azúcar en los últimos años". Anfabra asegura que "los impuestos sobre alimentos y bebidas se han demostrado ineficaces en general y es injusto pretender establecer un impuesto específico que grave bebidas refrescantes con azúcar frente a otros productos que también llevan este ingrediente".