La industria española de verduras congeladas produjo 686.468 toneladas en 2016, lo que supone el 8% más que en 2015, cuando se alcanzaron las 633.985 toneladas. Se trata de “los mejores datos de la última década”, asegura José Félix Liberal, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Verduras Congeladas (Asevec).

Estas cifras confirman el crecimiento que atraviesa un sector que, en tan solo 10 años, ha incrementado en un 50% su producción, pasando de las 457.768 toneladas en 2006 a los datos registrados el pasado año.

Asimismo, las exportaciones de estos alimentos también han aumentado. La demanda internacional de los productos españoles ha supuesto un 57% de la producción nacional. En 2016 se exportaron 391.974 toneladas frente a las 370.302 toneladas del pasado año, lo que se traduce en un crecimiento del 6%. Francia, Reino Unido y Alemania lideran las importaciones de verduras congeladas españolas en la Unión Europea. Y África, Oriente Medio y Estados Unidos figuran como nuevos mercados potenciales.

El brócoli español sigue siendo la verdura más demandada en el mercado, especialmente en el extranjero, pues el consumo en España aún es bajo. Solo en 2016, las empresas de Asevec enviaron el 81% fuera de nuestras fronteras.

En segundo lugar, y cada vez más cerca, se encuentran los guisantes, con 106.896 toneladas el pasado año. Por último, la producción de pimientos ha superado las 100.000 toneladas en ese mismo periodo. Estas tres verduras suponen el 45% de la producción nacional y representan el 52% de las exportaciones de verduras congeladas españolas.

Las espinacas, la cebolla, las judías verdes redondas o las zanahorias, son otros de los productos, destinados a la ultracongelación, con mayor producción en España.

Las comunidades autónomas que concentran los mayores volúmenes de producción de este tipo de verduras siguen siendo Navarra, Murcia y Andalucía.