Indicar en el etiquetado el origen geográfico de los alimentos puede encarecer su precio final entre un 20% y un 50%, según desvela un informe de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) tras analizar nueve casos concretos, entre los que se encuentran el café de Colombia, el queso manchego de España, el vino brasileño Vale dos Vinhedos, el azafrán de Marruecos, el té Darjeeling de la India y el pimiento Penja camerunés.

Este análisis recogido por EfeAfro pone de manifiesto que esa subida de precio se debe a que los consumidores están dispuestos a pagar más por alimentos con características únicas de sabor, color o calidad.

En relación al queso manchego, la FAO indica que su denominación de origen protegida ha permitido proteger ciertas razas de ovejas y reconocer el modo de hacer tradicional frente a la competencia en el sector. La apertura a las exportaciones ha facilitado a los productores del sector desarrollar nuevos mercados como el de Estados Unidos, dentro de una estrategia a largo plazo.

En cuanto al café de Colombia, precisa que sus precios dependen del mercado mundial pero son superiores a los de otros granos y benefician a los pequeños productores. Su federación nacional de cafeteros protege la reputación del producto y asegura la redistribución del valor añadido entre los agricultores estableciendo un precio mínimo de compra, al tiempo que se combinan la indicación geográfica con distintas marcas.

DESARROLLO RURAL POSITIVO

Asimismo, se hace hincapié en que las etiquetas que señalan el origen geográfico han generado un desarrollo rural positivo en países como Francia e Italia y animado a otros gobiernos y socios a apoyar ese tipo de procesos y mercados.

Ahora bien, el estudio recuerda que existen requisitos demasiado técnicos o costosos que, en ocasiones, deben afrontar los pequeños productores tradicionales y llama la atención sobre el impacto ambiental de actividades relacionadas con la explotación de los recursos naturales.