En Barcelona y alrededores hay 2.600 establecimientos de alimentación minorista en manos de personas de origen extranjero, el 18,5% del total de comercios de esta tipología, según el estudio ‘El canal de distribución alimentaria regentado por extranjeros’ elaborado por Mercabarna.

Este porcentaje aumenta hasta el 52% cuando se trata de pequeños autoservicios o tiendas de alimentación y al 40%, en el caso de las fruterías de calle, situadas fuera de los mercados municipales.

Entre estos comerciantes, la nacionalidad predominante es la paquistaní (63%), aunque en el caso de las fruterías de barrio se observa una mayor diversidad: 48% paquistaní, 17% asiática, 13% latinoamericana y el resto de otras zonas. Sus edades mayoristas se sitúan, sobre todo, entre los 40 y 50 años (42%) y entre los 30 y 40 años (37%).

En concreto, el 61% de los establecimientos regentados por ciudadanos de origen extranjero son pequeños autoservicios y tiendas de alimentación; el 24% fruterías y el 10% carnicerías, la mayoría de ellas exclusivamente Halal. Muchos de estos autoservicios venden también frutas y hortalizas (42%). Por otro lado, se va imponiendo el producto envasado en las fruterías (29%) y las carnicerías (81%).

Aunque la mayoría de estos comerciantes posee un solo establecimiento, el 16% tiene más de uno. Asimismo, el 19% de las fruterías y el 11% de las carnicerías realiza la compra conjunta con otros establecimientos. La mitad de estos pequeños empresarios compra producto fresco dos o tres veces por semana. Además, el 36% se declara especializado en productos de otros países.

Mercabarna es conocida por la inmensa mayoría de estos comerciantes. El 89% de los que regenta fruterías, el 30% de los carniceros y el 34% de los empresarios que comercializan productos frescos se abastece en este gran mercado. Josep Tejedo, director general de Mercabarna, señala que ante el aumento paulatino, desde hace más de diez años, de los compradores de origen extranjero y el progresivo relevo del comerciante tradicional de alimentación situado en las calles por estos ciudadanos, han querido conocer de primera mano, a través de este estudio, cuáles son sus necesidades de compra y sus tendencias futuras. En este sentido, explica que los aspectos en que este polígono alimentario debería mejorar son la “mayor especialización en algunas tipologías de producto y ampliar la oferta de alimentos frescos envasados”.