El candidato demócrata a la alcaldía de Nueva York, Zohran Mamdani, ha propuesto la creación de supermercados municipales "para combatir la inflación".

La propuesta ha despertado críticas entre los comerciantes independientes y las cadenas de supermercados neoyorquinas, que consideran el proyecto "irrealizable", además "competencia desleal" para sus establecimientos, según ha expresado la Asociación de Bodegas Unidas de América (UBA) en un comunicado.

La propuesta de Mamdani consiste en abrir un supermercado público en cada condado con productos subvencionados por el municipio de Nueva York, que de esta manera saldrían al mercado a un precio más bajo.

"El foco estaría puesto en mantener los precios bajos, no en el beneficio", ha explicado en diversas ocasiones el candidato. "Al no pagar alquileres ni impuestos sobre la propiedad, sus gastos generales serían más bajos y podrían pasar el ahorro a los clientes".

Esto último presupone la existencia de locales comerciales ya en manos del Ayuntamiento que podrían reconvertirse fácilmente en supermercados. 

El empresario de origen dominicano Fernando Mateo, portavoz de UBA, cree que estos supermercados públicos terminarían sufragándose a costa del contribuyente y podrían en peligro la continuidad de muchas pequeñas cadenas del sector.

Hace varios años, el Ayuntamiento de Chicago consideró una propuesta similar para combatir los "desiertos alimentarios" —espacios residenciales que carecen de supermercados en varios kilómetros—, pero abandonó la idea por irrealizable.

En el caso de Nueva York, el pretexto es combatir la inflación. Sin embargo, parece poco probable que un Ayuntamiento pueda gestionar una cadena de supermercados con márgenes de beneficio más bajos de los que predominan en el sector, que se sitúan entre el 2 y el 3%. 

Pero no sólo eso: una vez establecida la cadena pública, esta tendría que escoger un modelo comercial entre la inmensa variedad de posibilidades que ofrece el sector privado, desde el número de referencias y el tamaño del establecimiento hasta su posición respecto a la marca de fabricante o los productos locales. En muchas de estas decisiones empresariales, la influencia política podría dar lugar a decisiones poco óptimas, cuando no completamente ineficientes.

En la actualidad, aquellos clientes para quienes el precio es lo más importante de todo ya tienen adonde acudir.