Un poco por conciencia y el resto por obligación, los fabricantes de refrescos han cambiado sus recetas para reducir los ingredientes menos sanos. Así ocurre con el 52% de los productos, que se catalogan como bajos en calorías o sin calorías.

La cuestión es que el consumidor quiere llevar un estilo de vida más saludable, según afirman el 80% de los hogares. Mientras, siete de cada diez han reducido el consumo de azúcar, algo que atañe directamente al sector de los refrescos, según expuso Cristina García Fuente, de Kantar WorldPanel, en la última Asamblea de Anfabra.

En ese esfuerzo también está implicada la Administración, que está dispuesta a ayudar a la industria a reformular sus productos. Lo explica de este modo el director general de Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, José Miguel Herrero.

En su opinión, no existen productos buenos y malos, sino estilos de vida más y menos saludables. El punto de vista del Ministerio consiste en apoyar estilos de vida más saludables, en una alternativa diferente a la que proponen otros ministerios. En una clara alusión al Ministerio de Consumo que dirige Alberto Garzón, Herrero pone el énfasis en no "demonizar ingredientes ni almentos". En ese sentido, recalca la importancia de la industria alimentaria, en especial de la de bebidas.

En otro orden de cosas, Herrero cree que hay oportunidades en el sector de los refrescos para asociarlo a otros tipos de consumo. En particular, habla de las posibilidades que existen en el maridaje de platos con refrescos. Por eso, invita a los chefs a hacer un esfuerzo para hacer este tipo de combinaciones.

El director general de Coca-Cola Iber,a Juan Ignacio de Elizalde, abunda en las amplias expectativas de los consumidores: "Tenemos un consumidor que es muy exigente". Eso obliga a los fabricantes a responder a las necesidades que tiene, a la vez que mantiene el sabor.

Junto a eso, las marcas necesitan también ser más sostenibles y tener más variedades. "Es un desafío enorme que tenemos como industria", resume Elizalde. Sin embargo, reconoce que esa exigencia también ayuda al sector a superarse y a hacerse cada vez mejor.

Por otro lado, destaca las cualidades especiales que tienen los consumidores españoles, en lo referente a la socialización fuera del hogar. De la hostelería depende "buena parte" del negocio de los fabricantes de los refrescos, por eso el sector pone mucho foco en que los hosteleros resistan en situaciones difíciles, como la que plantea la actual escalada de precios.

En su intervención, Pilar Puértolas, directora general de Sanmy, destaca la amplia variedad de productos que el sector ha ideado para responder a cada necesidad. Así, existen los citados refrescos bajos en calorías, otros con cafeína o té para dar un plus de energía, además de los que se utilizan para la práctica de deporte o incluso para comer.

Eso ha proporcionado diferentes momentos de consumo que, no obstante, no dejan de ser "una forma divertida de hidratarse", reflexiona Puértolas. De hecho, el 90% de estas bebidas es agua, a lo que se añaden diferentes ingredientes. No obstante, reconoce que una de las demandas más pujantes es la de la salud, porque "la población está muy concienciada en cuidarse física y psicológicamente".

Por eso, se están desarrollando nuevas bebidas más naturales, sin conservantes y adaptadas a estilos de vida más saludables. A ese fin responden versiones como las bebidas bajas en calorías, sin calorías o light, que generalmente reducen cerca del 100% del azúcar o las grasas que contienen.