Cristiano Ronaldo ha fichado por el Al Nassr de Arabia Saudí. Hasta aquí, una noticia confirmada recientemente que afecta al ámbito deportivo pero que, también, tiene más actualidad en otros terrenos.

Nos referimos a los privilegios de los que dispondrá el astro portugués después de acordar permanecer dos años y medio como jugador en el citado equipo y el resto como embajador de la candidatura de Arabia Saudí junto a Egipto y Grecia para la organización del Mundial de 2030.

Dejando de lado la astronómica cifra que se embolsará el jugador (200 millones de euros por temporada), han trascendido otros detalles del contrato que le reportarán numerosas ventajas a él y a su familia. Llama así la atención que tendrá a su disposición un supermercado privado, una tienda con acceso exclusivo y restaurantes tres estrellas.

A ello se suman cinco vehículos para utilizar cuando lo desee, una piscina olímpica, dos canchas de fútbol, una cancha de baloncesto y dos gimnasios con las últimas equipaciones. Adicionalmente, todos los miembros de la familia serán escoltados por una agencia de seguridad privada que seguirá todos sus pasos. Y, por supuesto, su lugar de residencia no será cualquier cosa: un palacio valorado en más de 12 millones de dólares. En fin, a esto se le llama por aquí "saber negociar".