El hartazgo de muchos agricultores españoles ante la situación crítica que padece el sector que le ha llevado estos días a protestar con sus tractores en Madrid y otras capitales, puede verse en el vídeo que os mostramos, en el que un agricultor valenciano tira al suelo de su finca toneladas de mandarinas al tiempo que expresa su desacuerdo ante la llegada de este tipo de productos procedentes de Egipto. "Nos toca hacer un viaje corto que va desde arriba del árbol al suelo, así nadie se aprovecha", asegura.

"Se habla mucho de cuidar el medio ambiente, de respetar al trabajador, pero aquí cuesta dos mil y pico euros mantener a un trabajador y en estos países, desde donde traen las mandarinas más baratas, cobran 150 euros al mes. ¿Cómo se puede competir contra ellos?", se pregunta recordando que quienes ganan mucho dinero son "los operadores e importadores" y que cuando el producto llega a los supermercados "el consumidor no lo compra más barato" .

Este agricultor explica también por qué prefiere tirar estos cítricos antes que llevarlos a comedores sociales: "Porque a los comedores sociales les ofreces y lo que quieren es dinero. No quieren mandarinas ni comida que dura cuatro días. Prefieren dinero o bien que se las lleves tú", alega.

"El desperdicio alimentario de España es este. Luego de vez en cuando hay una campaña contra el desperdicio alimentario en las casas, que se desperdicia mucho. Aquí se han tirado al suelo más de cien mil kilos. ¿No hay una ley? Ahí la tenemos la ley", concluye.

MUCHA BUROCRACIA

Los agricultores denuncian la crisis que atraviesa el campo, en concreto las pequeñas explotaciones, que ven cada vez más difícil mantener su actividad con la subida de los costes de producción y las mayores exigencias ambientales en la UE.

Critican el aumento de la burocracia y la entrada de importaciones agrícolas de terceros países que no cumplen con los requisitos de producción europeos, sobre todo en el uso de pesticidas.

Recientemente, José Ramón Fernández de Barrena, presidente del Grupo Uvesco, al ser preguntado acerca de las reivindicaciones del sector primario aseguraba: "Muchas veces, hay que decirlo, compiten en diferentes condiciones con productos que vienen de fuera. Debe haber una trazabilidad adecuada, hay que tener un producto que, al final, cumpla los requisitos de calidad y de garantía alimentaria que se le exige".