Food | Los envasados, en el punto de mira: el consumidor no se cree sus etiquetas

La percepción sobre la alimentación envasada ha empeorado para el 60% de la población en el último año, según un estudio de GfK .

Un consumidor lee la etiqueta de un envasado
Un consumidor lee la etiqueta de un envasado

La composición de los alimentos envasados sigue siendo un motivo de inquietud para los consumidores españoles. Y es que la mayoría de la población (76%) está bastante o muy preocupada por estos alimentos, mientras que para un 60% la percepción sobre este tipo de alimentación ha empeorado en el último año.

Así lo pone de relieve el estudio La alimentación consciente de GfK que recoge las principales preocupaciones de los consumidores sobre los ingredientes empleados en alimentos procesados y ha analizado su evolución anual.

Según este análisis, los jóvenes de 25 a 34 años son los más preocupados por la composición de los alimentos envasados (7,2 sobre 10). También los padres con hijos menores de 18 años (7 sobre 10) y las personas con nivel socioeconómico elevado (6,9 sobre 10).

ESTOICOS Y HEDONISTAS

La consultora ha segmentado a los consumidores en cuatro perfiles: los estoicos, los hedonistas, los compensadores y los relativistas, siendo los dos primeros los que presentan variaciones notables.

En concreto, los consumidores estoicos son los más concienciados y han aumentado del 21% al 25%, respecto al año anterior. Son aquellos que renuncian y se sacrifican en pro de la salud. Además, representan el colectivo que más conocimiento tiene sobre los calificados como superalimentos, ya que el 85% ha consumido alguno de ellos en el último mes (15 puntos porcentuales más que el resto de la población).

Se consolida la tendencia de cuidar más lo que comemos, eliminando de la dieta ingredientes considerados nocivos

Por otra parte, el grupo de consumidores denominados hedonistas, quienes tienen su foco en el disfrute y en el placer de comer sin preocupaciones, se ha reducido del 31% al 26%. Se consolida la tendencia de cuidar más lo que comemos, eliminando de la dieta ingredientes considerados nocivos, así como los alimentos procesados en los cuales están presentes.

INGREDIENTES NOCIVOS

El estudio también muestra que seis de cada diez personas en España declara seguir algún tipo de dieta para eliminar de su alimentación ingredientes percibidos como dañinos para su salud.

El aceite de palma sigue siendo considerado el más perjudicial y lo ha mencionado el 68% de los consultados. Los consumidores lo asocian tanto al cáncer como a las enfermedades cardiovasculares. El 54% declara haberlo eliminado o reducido de su dieta (7 puntos porcentuales más que el año anterior).

Detrás de él, las grasas trans o hidrogenadas, así como las grasas saturadas completan el trío con mayor número de menciones como ingredientes considerados negativos, con un 49% y 46% de menciones, respectivamente. Ambas se relacionan principalmente con las enfermedades cardiovasculares (al igual que la sal) y el colesterol alto. A pesar de esto, baja ligeramente (3 y 5 puntos porcentuales cada una) el número de personas que las están reduciendo en su dieta.

Por su parte, el azúcar está entre los ingredientes más perjudiciales para el 33% de los entrevistados y se relaciona con la diabetes y las caries. Este componente lo elimina de su dieta el 41% de la población (37% en el estudio a anterior). La miel sigue siendo el sustituto preferido, mientras que la Estevia parece perder algo de peso.

EL CONSUMIDOR PIDE CAMBIOS

Por tanto, los alimentos que incorporan en su receta el aceite de palma y el azúcar como la bollería procesada y las galletas de picoteo son el principal enemigo de una alimentación adecuada. De hecho, la bollería envasada es, junto con las salchichas, la categoría en la que el consumidor español demanda un mayor cambio en la composición, aunque ello conlleve también un cambio en su sabor.

El 57% de la población señala que está reduciendo la bollería procesada de su alimentación

Además, es en la que más está disminuyendo su consumo: el 57% de la población señala que está reduciendo la bollería procesada de su alimentación. Tras ella, el 52% dice reducir la ingesta de galletas de picoteo o capricho; y el 44% de snacks salados, platos preparados, refrigerados y congelados.

Sin embargo, en categorías "muy de disfrute", a las cuales también se les pide un cambio de composición, como las pizzas, refrescos, snacks salados, crema de untar o noodles, esa renuncia de sabor es algo que no están dispuestos a asumir, lo que supone un reto mayor para las marcas.

ETIQUETADO: ¿ES CREÍBLE?

El 32% de la población cree que las marcas de alimentación españolas se están esforzando bastante o mucho en mejorar los alimentos envasados que venden, aunque todavía un cuarto de la población (24%) cree que se están esforzando poco o nada. El estudio también muestra que el consumidor pide que se mejoren las fórmulas de los alimentos envasados, pero no siempre está dispuesto a renunciar o ver modificado el sabor del producto.

Resulta llamativo que solo la mitad de la población considera que las etiquetas de los productos envasados son bastante o muy creíbles. Una credibilidad similar a la de los artículos o comentarios que leen o escuchan en los medios de comunicación y en las redes sociales sobre la alimentación envasada.

Las preferencias a la hora de informarse se encuentran en Internet (64%) a través de redes sociales y web/blogs especializados en alimentación, la opción preferida por el 24% de los internautas consultados, con un nivel de credibilidad muy importante. Superior, a veces, que las propias etiquetas.

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