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Consejos para elegir bien el roscón de Reyes

La OCU recuerda, ante la gran oferta, que han aumentado "los ingredientes de dudosa calidad y las grasas poco recomendables".

Redacción

04 de enero 2018 - 13:16

Roscón de Reyes
Roscón de Reyes

Con la última celebración de la Navidad, el día de Reyes, los clásicos roscones están más presentes que nunca en las mesas de los hogares. Con el tiempo, las variedades en torno a este producto han ido creciendo, pero también, según apunta la OCU, "los ingredientes de dudosa calidad y las grasas poco recomendables". La organización de consumidores ofrece cuatro claves fundamentales a tener en cuenta para elegir lo mejor del mercado.

Antes que nada, la OCU recuerda que el roscón "original" se inventó en Francia y cumple estos requisitos: masa pesada fermentada y horneada dulce; sabor a cítricos al contener ralladura de naranja/limón y agua de azahar; y decorado con almendras, fruta escarchada y azúcar. Esta versión no lleva relleno y es aquí donde actualmente pueden encontrarse más variaciones ya que ahora pueden encontrarse con nata y chocolate, principalmente.

Estos son los cuatro consejos básicos que la organización asegura que deben tenerse en cuenta:

1.- La masa debe ser de mantequilla. Este es el punto más importante a la hora de elegir un roscón. En las panaderías es habitual usar mantequilla, pero los que se venden en supermercados suelen recurrir al aceite de girasol u otros aceites vegetales poco saludables (coco, palma, palmiste...).

El contenido medio de grasa en un roscón ronda el 12% (sube hasta un 20% si llevan relleno de nata). Una cifra moderada en comparación con otros dulces como croissant (17% de grasa), bizcocho de leche (20%), donut (25%) o ensaimada (30%). Además, la masa del roscón tradicional es una "masa fermentada, esponjosa, pesada y relativamente seca". Pero los gustos han cambiado y hoy en día es frecuente encontrar masas más ligeras, estilo bollo suizo.

La OCU recomienda fijarse en que el relleno de nata sea auténtico y no un "mix vegetal" a base de aceites

2.- Sin nata "artificial". Si decides comprarlo con relleno, comprueba que la nata sea verdaderamente nata. Muchos roscones no tienen un relleno 100% nata, sino un "mix vegetal" con aceites (coco, palmiste, palma), espesantes y texturizantes. "Es un recurso que baja el precio del roscón, pero también su calidad", alerta la OCU.

3.- Decoración auténtica. Es fundamental que se decore antes de meterlo al horno. La almendra ha de estar cruda para que se tueste durante el horneado. Se suele añadir en láminas, en bastoncitos o molida, pero debe quedar crujiente. Hay un truco para saber si tu roscón ha sido congelado: la almendra se queda blanda y rancia al descongelarse. En el caso de llevar fruta escarchada, la tradición ordena guindas y trocitos de naranja. La última moda prefiere calabaza (más barata que otras frutas) en láminas de vivos (y artificiales) colores rojos y verdes. Y el azúcar se encuentra de diferentes maneras (suelto, en trocitos...).

4.- "No pagues de más", afirma la organización. Las diferencias de precio son enormes, pero para un roscón con nata las referencias en pastelería tradicional rondan entre 40 y 60 euros el kilo mientras que en el supermercado se encuentran por menos de 15 euros el kilo.

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