La OCU detecta compuestos nocivos en envases desechables para alimentos
En concreto ha hallado PFAS, cloropropanoles, aluminio y aminas aromáticas primarias en utensilios elaborados con caña de azúcar y hoja de palma, además de en pajitas de papel.
La aparición de materiales vegetales alternativos al plástico para la fabricación de envases y utensilios para alimentos reduce el impacto sobre el medioambiente y es una iniciativa que están poniendo en marcha buena parte de las cadenas de alimentación.
Además, muchos usuarios optan por estos productos más 'eco', como recipientes, platos, pajitas elaborados con materiales orgánicos, esencialmente fibras vegetales como el bagazo de la caña de azúcar, la hoja de palma o el papel.
"Muchos piensan que por ser naturales son inocuos, y las alegaciones en sus etiquetados contribuyen a que esa idea se generalice entre los consumidores.., pero lo cierto es que para que estos productos adquieran propiedades que les permitan cumplir su función y sean más resistentes, moldeables, etc. es habitual recurrir a determinados aditivos, que de naturales y de inocuos tienen poco".
Así lo afirma la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha buscado compuestos nocivos en 57 utensilios de un solo uso, con "resultados preocupantes", señala la entidad. Y es que la entidad ha detectado sustancias perfluoroalquiladas (PFAS), cloropropanoles, aluminio y aminas aromáticas primarias en proporciones que exceden los valores de referencia establecidos por otros países, que coinciden con los propuestos por del Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos (BfR), una entidad especializada en seguridad alimentaria.
En concreto, los ha detectado en el 100% de los materiales elaborados con bagazo de caña de azúcar y en el 45% de las pajitas de papel analizadas. En los envases de hoja de palma también, pero en cantidades inferiores al valor de referencia.
La organización subraya que los efectos tóxicos de estos compuestos como consecuencia de su acumulación en el organismo representan "un riesgo real para los consumidores" y contribuye a la exposición global a sustancias químicas a las que estamos expuestos.
UNA NORMATIVA "URGENTE"
Por ello, la OCU solicita a las autoridades de la Unión Europea que se desarrolle "con urgencia" una normativa común para todo tipo de materiales que vayan a estar en contacto con alimentos. Esta reforma debe poner especial énfasis en la restricción o incluso total prohibición de las PFAS, tal y como ya ha hecho algún Estado miembro.
Además, incide en que resulta necesario establecer requisitos para el uso de alegaciones o distintivos que sugieran que un producto es menos dañino para el medioambiente. "Anuncios como 'ecofriendly', 'biobases' o 'biodegradable' infunden confianza en el consumidor, pero no implican que las sustancias tóxicas presentes se degraden completamente, e incluso pueden permanecer como contaminantes en el medioambiente", asegura.
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