El Observatorio de la cadena alimentaria, que incluye a todos los eslabones de la misma, se reunirá nuevamente el próximo miércoles 29 de marzo en sesión ordinaria, un mes después de la sesión extraordinaria que estuvo presidida por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. Será la XVI sesión ordinaria y estará presidida por el director general de la Industria Alimentaria, José Miguel Herrero, en la sede del Departamento ministerial.

La organización agraria UPA ha reaccionado en redes sociales valorando este nuevo encuentro porque ve "urgente avanzar en los estudios de costes de producción y en un verdadero observatorio de precios con actualización constante", según recoge EFE.

En el orden del día está previsto que los participantes hagan un análisis de la evolución de los precios dos semanas después de conocer que los precios de los alimentos y de las bebidas no alcohólicas subieron el 16,6% en febrero en comparación con el mismo mes de 2022, más de un punto por encima de la tasa interanual del pasado enero.

En la comparación mensual, los precios de los alimentos subieron el 2% en febrero debido a subidas de precios generalizadas en la mayoría de sus componentes.

También el IPC de febrero permitió saber que las harinas y otros cereales, junto con otros aceites comestibles distintos al de oliva, fueron las únicas dos categorías de alimentos con una rebaja o supresión del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) que se abarataron en febrero respecto al mes anterior.

En la reunión extraordinaria del 20 de febrero pasado, Planas aseguró que el IPC en la alimentación había tocado techo y había "razones objetivas" para que bajara por la evolución internacional del mercado y por las medidas adoptadas por el Gobierno.

Las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA alertaron de la subida del precio de sus insumos en los últimos meses, que se han agravado por la guerra en Ucrania y por efecto de la sequía. Por su parte, la industria y la distribución del sector agroalimentario salieron del encuentro asegurando que estaban realizando esfuerzos por absorber los costes de producción y negaron que la inflación de los alimentos sea un problema de márgenes empresariales.