Retailers | La cara más miserable del coronavirus: trabajadores de supermercados repudiados por sus vecinos

La empleada de una tienda Aldi en Cartagena recibe una misiva por debajo de la puerta de su casa en la que se le pide que busque otra vivienda mientras dura el confinamiento. Y no es la única. Las muestras de apoyo en las redes sociales no se han hecho esperar.

Misiva recibida por un médico de Alcázar de San Juan en la puerta de su domicilio.@ArianaMCh
Misiva recibida por un médico de Alcázar de San Juan en la puerta de su domicilio.@ArianaMCh

"Somos tus vecinos y queremos pedirte por el bien de todos que te busques otra vivienda mientras dura esto ya que hemos visto que trabajas en un supermercado y aquí vivimos muchas personas. No queremos más riegos". Esta es la nota de la vergüenza que Miriam Armero, empleada de un supermercado Aldi de Cartagena (Murcia), ha recibido en la vivienda alquilada que comparte con sus dos hijos.

Parece realmente increíble que haya personas que puedan pensar así en una situación de emergencia nacional como la que estamos viviendo, y en la que ha quedado más que demostrado el esfuerzo y sacrificio de numerosos colectivos para atender y abastecer al resto de la población.

Eran las 20.30 horas del pasado domingo cuando el pequeño Alejandro, de 10 años, encontró esta carta junto a la puerta. No pudo evitar echarse a llorar, antes de entregársela a su madre. "Por desgracia, esta crisis del coronavirus también saca lo peor de la gente. Es un gesto de muy mal gusto, de cobardía, que pongan a llorar a un niño creyendo que tiene que abandonar su casa", explica la afectada al diario La Verdad.

El rechazo en las redes sociales ante semejante muestra de egoísmo e insolidaridad y el apoyo a esta trabajadora, incluido el de la citada cadena de supermercados, no se han hecho esperar.

"MÁS EMPATÍA"

Miriam decidió subir un vídeo a su cuenta de Facebook explicando lo ocurrido. Ya lo han compartido más de 40.000 personas. También respondió a sus vecinos con una misiva que dejó pegada en el portal del edificio.

En ella deja claro que gracias a su trabajo los vecinos pueden comer todos los días, y pide más "empatía" con los ciudadanos que siguen trabajando durante el confinamiento. Además, tampoco tolera esas "lecciones de limpieza" y reitera que toma todas las precauciones y antes de abrazar a sus hijos va a la ducha y se cambia de ropa. "No puedo darles un beso a mis hijos hasta que no he me limpiado y desinfectado", afirma.

La afectada dice sentirse "afortunada" por seguir trabajando y recuerda lo duro que es atender estos días en los supermercados. "Lo hacemos lo mejor posible para que a la gente no le falte de nada. Tomo todas las medidas y yo soy la primera que no quiere contagiar a nadie, por la salud de mis hijos. Ha sido un gesto de muy mal gusto", explica al citado medio. El 95% de los mensajes que ha recibido esta empleada son de apoyo. "Mucha gente ha venido a la puerta de mi trabajo para apoyarme, incluso la empresa", recalca.

Finalmente, Miriam, que aún desconoce al responsable de esta misiva, califica de "acto de cobardía" esta acción e incluso se planteó, en un primer momento, poner una denuncia. Ahora sólo espera que el culpable "salga y pida disculpas".

OTRAS ACCIONES LAMENTABLES

Este caso no es el único de esta naturaleza del que hemos tenido noticias. De hecho, el médico Jesús Monllor, residente en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) Ha vivido una situación similar al encontrar en la puerta de su domicilio una nota en la que le agradecen su labor en el hospital pero le invitan a 'mudarse' y a tener en cuenta a sus vecinos, entre los que hay niños y ancianos.

El profesional no ha dudado en escribir su opinión en redes sociales: "Es evidente que no esperaba este mensaje a ningún profesional sanitario en general. No creo que ninguno lo merezca. Nos partimos la espalda, con pocos medios, jugándonos la salud, para que todo el que entra por la puerta se ponga bien", asegura.

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