Tras 24 meses de interrupción económica por la pandemia mundial, la recuperación económica se ha visto seriamente comprometida por el aumento de la inflación y el conflicto bélico en Ucrania, disminuyendo así la confianza en todo el mundo, especialmente en Europa, al provocar importantes interrupciones en las cadenas de suministro, como en la energía, los cereales, la carne o los lácteos.

Muchos consumidores arrastran los problemas derivados de la larga duración de crisis y esto ha venido a agravar más una brecha económica con un consumo polarizado y dividido en sus hábitos de compra que no se espera que se normalice ante las nuevas tensiones en 2022. Los trastornos que han sufrido los compradores les han obligado a reevaluar lo que les importa.

NielsenIQ ha identificado en España cinco nuevos tipos de consumidores como luchadores (14%), recuperados (15%), cautos (52%), estables (16%) y prósperos (4%), cada uno con su propia mentalidad de gasto que impactará en los hábitos de compra de 2022.

LOS CAUTOS, LOS MÁS NUMEROSOS EN ESPAÑA

El primero de estos grupos es el de los luchadores, que son los que experimentaron inseguridad financiera durante la Covid-19, que continúa en la actualidad. 

El segundo, identifica a los recuperados, los que tuvieron inseguridad financiera durante los años de la pandemia, pero han vuelto a la normalidad.

El tercero son los cautos, es decir, aquellos que no han tenido impacto en su seguridad financiera, pero que siguen siendo cautelosos con el gasto.

El cuarto son los estables, no han tenido ningún impacto en sus finanzas y han seguido gastando como siempre, mientras que, por último, el quinto obedecería a los prósperos, que ahorraron dinero durante la pandemia y se sienten más seguros financieramente que antes del inicio de la pandemia.

En este sentido, algo más de la mitad de los españoles, el 52%, pertenece al grupo de los cautos, los que aun no habiendo tenido impacto financiero reconocen que son precavidos con el gasto, un dato sensiblemente superior al de la media mundial, que se sitúa en el 38% de este grupo de consumidores.

Respecto a los países de nuestro entorno, España está alineada con Italia, donde también el 52% de los consumidores declaran sentirse precavidos a la hora de gastar; algo menos con Francia, donde los cautelosos son el 46% y a distancia de Reino Unido donde aquellos que no se han visto afectados en su economía, pero tienen precauciones a la hora de gastar son el 35%.

OPCIONES PARA REDUCIR EL GASTO

A la hora de controlar el gasto, los españoles se decantan por varias estrategias en la cesta de la compra. La preferida, para el 27% de los encuestados, es optar por las marcas de distribución, frente al 12% de la población mundial. La segunda opción con más adeptos (26%), es controlar el coste total de la cesta de la compra.

Por su parte, el 23% de los españoles reconoce que compra cualquier marca que esté en promoción, seguidos del 22% que afirman escoger el producto de menor precio dentro de la categoría que buscan, el mismo porcentaje, el 22%, para aquellos que prefieren esperar a que sus productos preferidos estén en promoción para comprarlos.

REAJUSTE DEL ECOMMERCE

Según la consultora, durante el inicio de la pandemia se observó un enorme aumento de las compras online, y esos hábitos se han afianzado para muchos. El 30% de los consumidores españoles se declara multicanal, es decir, compra regularmente en comercios tanto online como físicos para hacer sus compras habituales, una cifra que aún está a distancia de la media en el mundo, donde se acerca a la mitad de la población, el 49%.

Sin embargo, la diferencia se acentúa cuando hablamos de compra física y es que en España sigue ganando la partida con el 64% de consumidores que declara hacer la compra únicamente por este canal frente al 42% a nivel mundial. En términos de compradores exclusivos por Internet España está más cerca de la tendencia global y así, los compradores que ya no visitan las tiendas fiscas son el 6%, frente al 9% en todo el mundo.

"El panorama de los consumidores es increíblemente incierto a medida que cambian las condiciones geopolíticas y macroeconómicas, por lo que los minoristas y las marcas no pueden asumir que las estrategias de promoción y precios del pasado son relevantes en el mundo actual", señala Patricia Daimiel, directora general para el Sur de Europa de NielsenIQ.

"Dado que los comportamientos de los consumidores siguen estando muy polarizados, es fundamental que los minoristas y los fabricantes se adapten junto a las cambiantes preferencias de los consumidores. Esto debe hacerse reinventando las gamas de surtido y estableciendo nuevas estrategias para dar respuesta a las nuevas necesidades, preferencias y prioridades de este panorama de consumo dividido", añade esta experta.