El Informe Lagares, la propuesta del Comité de Expertos para la reforma fiscal que prepara el Gobierno, sugiere dos puntos que afectan de lleno al sector de bebidas espirituosas. Por un lado, un aumento de la imposición del alcohol hasta alcanzar la media comunitaria. Por otro lado, y al hilo de la primera proposición, hacer uniforme la tributación sobre los distintos tipos de bebidas alcohólicas para evitar los efectos de sustitución entre ellos.

Así pues, un problema y una oportunidad, según la patronal de espirituosos Febe. Es un problema porque supone aumentar los impuestos especiales, algo ya realizado por el Gobierno en 2013, y que se ha traducido en una caída del 3,9% en la recaudación por este impuesto respecto al año anterior y ha impactado en su consumo hasta registrar un descenso del 8% (ver noticia).

Y es también una oportunidad porque el Informe Lagares entra de lleno en una reclamación del sector de espirituosos, relacionada con la discriminación en la carga fiscal dependiendo del tipo de bebida. Actualmente, dicha carga por impuesto especial de los espirituosos es 4,6 veces mayor que la de la cerveza.

Esto supone que las bebidas espirituosas recauden más de 71% de la recaudación total por impuestos especiales aplicables a las bebidas con contenido alcohólico, cuando sólo representan el 27% del consumo de alcohol en España. La cerveza, sin embargo, recauda sólo el 27% del total, representando el 49% del consumo; y el vino tiene una tasa 0.

Febe se queja de que, a pesar de que cerveza, vino y espirituosos compiten entre sí, las subidas de impuestos especiales sólo afectan a esta última categoría.

“La actual estructura del impuesto especial está cambiando la realidad del mercado. El Gobierno está ante una oportunidad única para reformar este impuesto, hacerlo más equitativo como recomienda el informe de los expertos y recaudar más”, ha comentado Bosco Torremocha, director ejecutivo de Febe.