Bruselas ha puesto la lupa sobre Red Bull. La Comisión Europea sospecha que la multinacional austríaca ha abusado de su posición dominante mediante una estrategia de alcance internacional para restringir la competencia en el mercado de bebidas energéticas, especialmente en supermercados y estaciones de servicio.

El Ejecutivo comunitario, principal autoridad en materia de competencia de la UE, cree que Red Bull podría haber tratado de excluir a sus rivales —en particular a su competidor más cercano, Monster, aunque su nombre no se ha hecho explícito en la documentación oficial— mediante acuerdos comerciales y tácticas de posicionamiento de producto que habrían limitado la visibilidad y el espacio de los envases de gran formato (más de 250 mililitros) en los lineales.

"Queremos determinar si estas prácticas están manteniendo los precios artificialmente altos y si restringen la capacidad de elección de los consumidores", ha explicado Teresa Ribera, comisaria europea de Competencia. "Esta investigación forma parte de los esfuerzos continuos de la Comisión por reforzar el cumplimiento de las normas en la cadena alimentaria y proteger el interés de los ciudadanos europeos", ha añadido.

Prácticas bajo sospecha

De acuerdo al comunicado del organismo comunitario, la Comisión examinará si Red Bull ofreció incentivos financieros o comerciales a las cadenas de distribución (entre los que podrían estar descuentos, compensaciones o mejores condiciones de exposición) para restringir la venta o la colocación de bebidas competidoras, especialmente aquellas de tamaño superior a los formatos habituales de la marca.

Bruselas también investiga si la compañía pudo abusar de su papel como "category manager" —una figura que permite a los fabricantes asesorar a los distribuidores sobre la gestión y promoción de una categoría de producto— para favorecer sus propios artículos y excluir a competidores o relegarles a posiciones de menor visibilidad.

Estas prácticas, de confirmarse, podrían vulnerar el artículo 102 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que prohíbe el abuso de posición dominante por parte de las empresas con un poder de mercado significativo.

Antecedentes y posibles sanciones

La apertura del expediente llega dos años después de las inspecciones sorpresa realizadas en marzo de 2023 en la sede de Red Bull y en otras oficinas de varios países europeos. La compañía impugnó entonces las redadas ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), alegando que eran "desproporcionadas" y que la Comisión no contaba con pruebas sólidas de comportamientos anticompetitivos.

El tribunal, sin embargo, desestimó el recurso el pasado octubre, dando vía libre a Bruselas para continuar con la investigación. Red Bull también argumentó que la denuncia se basaba "en exceso" en información aportada por Monster Energy, uno de sus principales rivales en el sector —y objetivo principal de la estrategia de Red Bull—.

De confirmarse las sospechas, la Comisión podría imponer a la empresa una multa de hasta el 10% de su facturación global anual, lo que equivaldría a más de 700 millones de euros, según sus últimos resultados.

Un mercado en plena expansión

El mercado europeo de bebidas energéticas ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años, impulsado por el tirón de estas bebidas entre los jóvenes y la diversificación en productos sin azúcar o con ingredientes funcionales. En este entorno, Red Bull detenta un liderazgo incuestionable, con presencia en más de 170 países y más de 12.000 millones de latas vendidas al año.

Sin embargo, el aumento de la competencia —encabezada por Monster, Rockstar (PepsiCo) y otras marcas de ámbito más reducido— ha intensificado las tensiones en los canales de distribución, donde el espacio en el lineal y la visibilidad del producto son factores clave.

La Comisión no ha especificado un calendario para la investigación, pero casos anteriores sugieren que el proceso podría extenderse durante varios meses.