El lunes 10 de noviembre ha marcado un punto de inflexión para cerca de 1.200 municipios españoles. La entrada en vigor de la orden del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) que obliga a confinar a las aves de corral en zonas de especial riesgo ha encendido el debate: ¿es esta medida una barrera necesaria contra la gripe aviar o un despliegue de cautela que roza la alarma?

La decisión se toma en un contexto de aumento de riesgo en Europa, impulsado por el repunte de focos en aves silvestres, la llegada de los movimientos migratorios de invierno y el descenso de las temperaturas. El objetivo es romper la cadena de transmisión entre la fauna salvaje, principal portadora del virus H5N1, y las explotaciones domésticas.

El confinamiento de las aves de corral ha sido decretado para proteger la sanidad animal, pero inevitablemente, su sombra se proyecta sobre la cesta de la compra. Si bien las autoridades insisten en la seguridad alimentaria, la gran pregunta para el consumidor es: ¿cuánto costará proteger a nuestras gallinas?

Los huevos, un pilar de la dieta española, ya venían arrastrando una escalada de precios impulsada por el encarecimiento de los piensos y los costes energéticos. La gripe aviar y las medidas preventivas han acelerado esta tendencia alcista.

Segun los datos de consumo y el IPC, el huevo se ha consolidado como uno de los alimentos que más se ha encarecido en el último año, con subidas que superan el 18%, pero el incremento más fuerte es en el segmento de calidad: los huevos camperos con un incremento del 30,9%.

Los productores de huevos camperos son los más perjudicados por la medida de confinamiento, y esto se traslada directamente al consumidor que está llevando el precio de la docena a niveles históricos.

A medida que el invierno avanza y el riesgo de gripe aviar se mantiene, la incertidumbre sobre cuándo las gallinas podrán "volver a salir de casa" seguirá marcando la pauta de los precios en el mercado.