Casino volvió a cotizar este martes en la Bolsa de París después de la jornada de suspensión causada por las negociaciones de conciliación entre la dirección de Casino, los acreedores y los candidatos para hacerse con la compañía.
Ante la retirada de 3F, el grupo francés anunció que sólo seguirá negociando la oferta presentada por el magnate checo Daniel Kretinsky, que debería hacerse con el control en unos meses.
Sin embargo, los inversores no parecen haber acogido el anuncio con optimismo. Los títulos de Casino iniciaron la jornada al mismo nivel del cierre del pasado viernes, 3,14 euros, y, si bien su cotización fluctuó ligeramente durante los primeros compases, la compañía cae ya por encima del 14%, al entorno de los 2,7 euros.
El consorcio 3F, constituido por el trío de empresarios formado por Xavier Niel, Matthieu Pigasse y Moez-Alexandre Zouari, se había retirado el domingo después de no haber recibido las informaciones solicitadas sobre la situación financiera.
Ayer la empresa comunicó que el consejo de administración tenía intención de continuar las negociaciones con EP Global Commerce, el conglomerado de Kretinsky, así como con Fimalac, fondo del financiero francés Marc Ladreit de Lacharrière, y con el fondo Attestor. Attestor, valorado en 7,5 mil millones de dólares en activos, se había situado inicialmente del lado de 3F para respaldar su proyecto, pero su cambio de bando ha decantado las negociaciones en favor de Kretinsky de una manera definitiva.
Todos ellos coinciden en que el objetivo es "llegar a un acuerdo de principio sobre la reestructuración de la deuda financiera del grupo de aquí a finales de julio".
La propuesta de Kretinsky consiste en acabar con más de 6.000 millones de euros de deuda de Casino e inyectar 1.200 millones. Si la propuesta sale adelante, lo que significa sobre todo que los acreedores den luz verde al proyecto, el checo pasará a convertirse en accionista mayoritario y el consejero delegado, Jean-Charles Naouri, perderá el control.
