Eroski se encuentra inmersa en un amplio proceso de reestructuración con la finalidad de frenar la caída del hipermercado y reducir su abultada deuda.

Sin embargo, los resultados del primer semestre del año invitan al optimismo, y Rosa Carabel, su directora general, reconoce que la ambición a futuro es volver a crecer en otras geografías más allá del norte de España y con mayor peso de sus establecimientos propios.

"Creo que primero tenemos que cubrir bien y proteger los territorios allí donde más conocemos el consumidor, donde somos más referentes, tenemos más notoriedad y tenemos más rentabilidad, para después, poco a poco, empezar a cubrir las áreas donde estuvimos en su momento y ahora ya no estamos con nuestras tiendas propias", ha explicado durante su intervención en el V Foro del Retail y el Gran Consumo organizado por El Economista.

"Pero sí, tenemos intención de crecer, sin prisa, pero sin pausa; es importante, no urgente", ha insistido la directiva, que considera que todavía existe gran recorrido para crecer en La Rioja, Aragón, Castilla y León e "incluso Madrid", un mercado que reconoce como muy complicado.

Carabel ha precisado que Eroski crece sobre todo a través de franquiciados, que suman entre 50 y 60 tiendas por año, a pesar de lo cual se ha fijado el objetivo de "incrementar el ritmo de aperturas de tiendas propias".

En los últimos años la cooperativa vasca se ha focalizado especialmente en el formato supermercado  (Eroski Center, Eroski City), que concentra el 78% de sus ventas.

La compañía cerró el primer semestre de su ejercicio fiscal 2025 con una facturación bruta de 2.949 millones de euros, un avance del 2,9%, con un incremento del beneficio neto del 10,6% hasta los 55,5 millones de euros.