El sector del frío industrial mantiene el pulso, aunque con un ajuste en los niveles de ocupación. Según el Observatorio del Almacenamiento en Frío correspondiente al segundo trimestre de 2025, elaborado por la Asociación de Explotaciones Frigoríficas, Logística y Distribución de España (Aldefe), los almacenes españoles de productos congelados registraron una ocupación media del 88%. La cifra supone una caída de cuatro puntos respecto al 92,3% alcanzado en el arranque del año, pero sigue reflejando un entorno de actividad elevada y creciente inversión.
La comparativa territorial muestra una brecha moderada pero relevante para la planificación de las cadenas logísticas. La zona Norte repite como el polo de mayor intensidad, con un 95% de ocupación. Cataluña, Centro y Canarias se sitúan en el entorno del 90%, mientras que Asturias y Galicia alcanzan el 87,5%. En el extremo inferior se posicionan Sur y Comunidad Valenciana, con un 80%, niveles que, según el informe, revelan capacidad disponible para absorber nuevos flujos de mercancía o rediseñar rutas de distribución.
La demanda en hogares sigue creciendo
Aldefe incorpora también en su informe los principales indicadores de consumo en el canal doméstico, tomando como referencia los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La foto es clara: el congelado mantiene su tracción, impulsado por la conveniencia, la mejora de la calidad y la creciente cuota de la marca de distribuidor.
En julio de 2025, los productos más consumidos por volumen fueron las verduras y hortalizas congeladas, con 10.850 toneladas, seguidas de los platos preparados (10.219 toneladas) y los pescados congelados (7.222 toneladas). En términos de valor, el liderazgo cambia de manos: los helados concentraron un gasto de 147,4 millones de euros, impulsados por la estacionalidad y la diversificación de surtido.
Para Aldefe, estos datos confirman "el buen comportamiento estructural del mercado nacional de congelados", un segmento que en los últimos años se ha visto favorecido por cambios permanentes en los hábitos de compra: menos tiempo para cocinar, más recurrencia a soluciones listas para consumir y una preferencia creciente por formatos que reducen el desperdicio alimentario.
Inversión intensiva y concentración, claves del nuevo ciclo
La patronal subraya que el sector de almacenamiento frigorífico atraviesa una fase de modernización acelerada, impulsada por la presión de costes, la necesidad de trazabilidad y la competencia internacional.
Los operadores están desplegando robots de paletización y despaletización, sistemas de gestión automatizada del stock, soluciones criogénicas avanzadas y equipamientos de alta eficiencia energética. El objetivo: es elevar la productividad por metro cúbico y reducir el consumo eléctrico en un contexto en el que los costes energéticos siguen condicionando la rentabilidad.
El Observatorio también apunta a una intensificación de la actividad corporativa. Las fusiones y adquisiciones —tanto de grupos nacionales como internacionales— están remodelando el mapa empresarial y favoreciendo la aparición de operadores de mayor tamaño. A ello se suma una problema humano: la falta de talento especializado en operaciones logísticas y gestión de instalaciones frigoríficas, un problema recurrente en un mercado donde la automatización convive con perfiles técnicos muy demandados.
