El consumidor español, ¿agotado o en vías de recuperación?
La recuperación en los volúmenes de compra invita al optimismo, pero diversos indicios sugieren un deterioro entre los consumidores de menor poder adquisitivo.
"Estamos en una época confusa", reconoce Doug McMillon, consejero delegado de Walmart. "A veces tenemos datos que apoyan argumentos muy diferentes".
Empresarios y analistas de nuestro país se encuentran con la misma problemática a la hora de dilucidar si nos encontramos en la antesala de una nueva crisis económica, disparada por la debilidad de los consumidores, o en los primeros pasos de la recuperación.
Los datos, complejos y difíciles de interpretar, sugieren a veces una lectura pesimista y otras veces todo lo contrario.
En este último campo se encuentra el Informe de Gran Consumo de Circana, publicado en la mañana del martes, que aprecia un crecimiento en las ventas por volumen del 4,1% interanual en octubre.
Según la consultora, el avance de los volúmenes ya es "el principal impulsor del crecimiento en valor del gran consumo", por encima del precio, que avanza sólo el 2%.
La mayor parte del crecimiento en valor del sector procede del departamento de alimentación (40%), seguido de productos frescos (30,5%), bebidas (14,9%), artículos de perfumería e higiene (8,5%) y droguería y limpieza (6,1%).
El 79% de las categorías de producto ha experimentado crecimientos en volumen, entre las que cabe destacar el caso de platos preparados refrigerados (+14%) y ambientadores de hogar (+12%).
El informe de Circana es coherente con otros estudios que apuntan al incremento del tráfico en categorías que sufrieron especialmente durante la coyuntura inflacionaria, como limpiadores del hogar o higiene bucal.
En esta línea, Alexandre Bompard, el presidente de Grupo Carrefour, reconoció el pasado mes que la recuperación de los productos orgánicos "ofrecía los primeros signos de reinicio del consumo".
La confianza del consumidor, en mínimos
Sin embargo, otros datos dibujan un panorama más sombrío. Según el Índice del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado el pasado viernes y correspondiente también al mes de octubre, la confianza del consumidor español se encuentra en su nivel más bajo de los últimos siete meses.
Esta caída se debe, explica el CIS, a que la percepción de los españoles acerca de su situación ha empeorado de manera importante (6,8 puntos menos), lo mismo que su percepción del futuro (3,6 puntos menos).
Por otra parte, los resultados recientes de marcas de fabricante como Nestlé, Pepsico o Monster sugieren que el 'downtrading' (la selección de productos de gama más baja como estrategia de ahorro) sigue vigente entre los consumidores españoles e internacionales.
Además, cerca de la mitad de los consumidores ha dejado de adquirir productos que solía consumir, señala el informe de Circana. La mayoría sigue practicando estrategias para controlar su presupuesto propias del periodo inflacionario, como comprar en cestas más pequeñas y acudir con más frecuencia al súper.
El pasado mes de agosto, Dollar General, cadena con más de 20.000 establecimientos en Estados Unidos, advertía que los estadounidenses de menores ingresos comienzan a tener dificultades en llegar a fin de mes.
Este segmento de la población, también en España, ha sufrido especialmente el encarecimiento de la cesta básica de la compra y el aumento de tipos de interés.
Lo que no está claro es si experimentará una mejoría a partir del próximo año, cuando el descenso de tipos se traslade a las hipotecas y los salarios hayan recuperado parte de su poder adquisitivo, o nos encontramos en la antesala de un deterioro más grave.
Como dice McMillon, estamos en una época confusa.
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