Desde el inicio de la pandemia de Covid-19, los españoles han adoptado hábitos domésticos que no tenían antes del inicio de la crisis sanitaria. De hecho, el 73% afirma que recicla más que antes de la pandemia y el 50% ha reducido el desperdicio de alimentos. La tercera acción más común es la disminución en el consumo de energía (48%), seguida de la compra de productos con envases respetuosos con el medioambiente (45%). Además, los consumidores están dispuestos a gastar hasta el 5% más en productos y servicios que sean más respetuosos con el entorno natural y se sienten optimistas sobre el impacto positivo de sus acciones.

Estas son algunas de las conclusiones del Green Response Report de Essity, según el cual, desde la crisis sanitaria, el 57% de los españoles lleva un estilo de vida más sostenible.

Este análisis de la encuesta realizada en España revela el perfil del ciudadano que ha cambiado sus hábitos, para llevar un estilo de vida más sostenible, de forma más evidente. El español pospandémico es un hombre, entre 41 y 60 años y estudios secundarios. Trabaja a tiempo completo y vive en una ciudad con su pareja e hijos.

"La higiene y la salud ocupan desde el inicio de la pandemia un lugar privilegiado en nuestro día a día, pero también hemos empezado a tener una mayor conciencia del efecto que nuestras acciones individuales tienen en el medioambiente. Nos estamos convirtiendo en ciudadanos más conscientes y activistas", asegura José Ramón Iracheta, country manager de Essity Iberia.

Los datos destacan que el llevar un estilo de vida más sostenible empieza por ser más conscientes del impacto que tienen nuestras acciones en el medioambiente y la capacidad que para influir en el entorno. Y los españoles se encuentran por encima de la media. El 61% se muestra optimista sobre la posibilidad de que sus acciones puedan influir positivamente en ralentizar el calentamiento global.

CAMBIOS EN LA DECISIÓN DE CONSUMO

Según los datos del informe a la hora de llenar la cesta con productos más sostenibles, los españoles están dispuestos a gastar hasta el 9%. En el caso de los productos de higiene y salud, el porcentaje sube al 10%.

"Las nuevas normativas en España, la taxonomía europea y la propia tendencia mundial de consumo empujan a las empresas a incorporar la sostenibilidad como una parte fundamental de la estrategia de negocio y un valor de mercado. Si nuestro propósito es contribuir a mejorar el bienestar, éste está cada vez más relacionado con el impacto ambiental y debemos ofrecer al consumidor soluciones que faciliten la economía circular, el reciclaje y la reducción de residuos", apunta Iracheta.

De este modo, el 53% de los españoles cree que disminuir el impacto ambiental es una responsabilidad compartida entre todos los actores implicados (gobiernos, fabricantes, proveedores, usuarios finales, etc.). Cuando se pone el foco en las acciones de consumo individuales, que la marca cuente con certificaciones medioambientales es el principal factor decisor para el 49% de los encuestados, seguido de la información sobre el impacto de sus productos sobre el medioambiente (48%).