Imparable, sí. Pero lento.

Es curioso comprobar cómo impera entre profesionales del sector el sentimiento de que los detallistas todavía son "ladrilleros" y están ralentizando a posta el cambio porque no les interesa acelerar.

No creo que sea así. Si la oportunidad fuera clara, todos estarían por la labor. ¿Quién sería el 'tontolaba' capaz de apostar por una calefacción de carbón? Negarlo, además, está claro que no va a conseguir evitarlo.

Estamos cerca, sí, pero "el futuro -como decía Derrida- es justo aquello que no se vé".

Todos atentos a la curva, porque prontito dejará de ser aritmética y se convertirá en exponencial.