Estudiar vs. Copiar a la competencia. La diferencia de saber por qué hacer las cosas.
En la era de la globalización, al menos el 90% de los nuevos productos o servicios son réplicas de algo ya existente y en el mejor de los casos evolución del original con alguna mejora sobre este. ¿Hasta dónde es lícito y o correcto?
No seré yo el que desdeñe el aprendizaje que proviene de lo ya existente, de lo ya probado y demostrado su éxito. La evolución del ser humano se ha fundamentado en el aprovechamiento y transmisión de lo aprendido por generaciones anteriores, que comúnmente denominamos conocimiento, y al que se ha ido incorporando mejoras continuas. Fundamento aplicable a los distintos órdenes sociales, estructurales, comerciales etc. y lógicamente a los servicios y productos denominados de gran consumo.
Sirva esta introducción un tanto filosófica para centrar el motivo de este post. El conocer, analizar, mantenerse al día de la evolución y tendencias de tu sector no sólo es bueno sino absolutamente necesario.
Ahora bien ¿sabemos diferenciar entre estudiar y copiar a la competencia? Aunque la respuesta lógica debería se afirmativa es evidente que los hechos nos demuestran lo contrario. El problema no es el qué copiar, el qué reproducir sino por qué y para qué. Si no conoces los fundamentos, estructura, condicionantes en lo que está basado y además tienes las condiciones para reproducirlo, podrás aparentemente copiarlo pero es evidente que con resultados poco o nada satisfactorio.
Me he encontrado en multitud de ocasiones que un producto, exposición, promoción o actividad puesta en marcha en mi anterior empresa, en algunos casos después de largos períodos de trabajo, análisis, cambios etc. la encontraba en pocas fechas en la competencia, esto se podía deber bien a que la agilidad de la competencia fuera mayor a la nuestra, en este caso nada que objetar, como se suele decir apretar los dientes y ser más eficaz la próxima vez. O bien a que se debiera exclusivamente a una actitud de ME TOO, si ellos lo hacen por algo será y yo lo imitó. Evidentemente si obedece a esto último el fracaso está garantizado. Cuando uno se limita a copiar, copia todo, incluso hasta los errores, porque le falta lo fundamental, por qué y para qué.
En más de una ocasión cuando la confianza lo permitía al preguntar al responsable del centro visitado los motivos de su puesta en marcha, me encontraba con la respuesta: he visto que vosotros lo hacíais y he pensado que sería bueno. Aprovechar el conocimiento de lo existente de una forma lícita, es bueno, necesario y lógico, pero sin dejar de ser uno mismo. No debemos olvidar que lo recetas mágicas que sirvan para todos por igual no existen. Estudiar, analizar, ver sus implicaciones en tus procesos, añadir las valoraciones propias, sí te ayudará a evolucionar. La simple copia en el mejor de los casos supeditara tus movimientos a los de los demás.