¿Se le ha puesto el “culo gordo” a Mercadona?
En el año de la pandemia, Mercadona ha retrocedido el 0,7% de cuota de mercado. Estoy dispuesto a apostar una cesta completa de la compra a que en pocos días Joan Roig nos va a sorprender con una nueva genialidad.
Juro al lector que jamás utilizo palabras que puedan resultar groseras al ciudadano de educación y condición social media, y mucho menos a los muchos amigos que tengo en este sector.
El caso es que esta misma expresión la utilizó mi admirado empresario Joan Roig hace muchos años, hablando de su empresa, en público y privado, en alguno de los congresos nacionales de AECOC. Aprovechó pocos días antes para hacer cambios en su cuadro directivo y lanzar alguna de sus revolucionarias ideas de gestión.
Cuando el crecimiento de ventas y de cuota de mercado es constante -y se gana dinero-, uno se sabe líder por muchos años y escucha constantemente alabanzas corre el riesgo de dormirse en los laureles.
Esta mañana leía la prensa diaria en el ejercicio que me exige -cada con vez mayor esfuerzo- el triple salto que arranca en la portada, va hasta “sociedad” y termina en “economía” (pasando de la indignante y aburrida sección nacional, desesperante internacional y descafeinada de deportes) y me he topado con el titular que algún día tenía que llegar: “Mercadona pierde un 0.7% de cuota de mercado”.
Los que conocen las claves de este sector, a Juan y su estilo de dirección, habrán imaginado la tormenta que habrá caído bajo los tejados de las oficinas de Tavernes Blanques. Seguro que nadie la olvidará.
Lo cierto es que ninguna empresa puede ser ajena a los ciclos económicos, las vicisitudes de una pandemia e incluso el influjo de movimientos políticos que llegan incluso a generar a cambios en el consumir.
Recuerdo muy bien que hace años comparé a las entonces dos fuerzas rampantes de la distribución comercial española: Mercadona y Dia y a sus respectivos líderes. El panorama ha cambiado mucho desde entonces dando la razón y mucho -contra mi pronóstico- a este valenciano crack.
Será muy interesante seguir este retroceso o mejor dicho, pérdida potencial de 525 millones de facturación para descubrir si es coyuntural o bien síntoma de que no puede llegar más lejos y ha llegado a un tope por fin, atrapado entre dos fuerzas crecientes y antagónicas: lo digital por un lado y lo regional por el otro.
¿Es posible que en Mercadona se hayan quedado encallados en la eficiencia operacional de su modelo perdiendo poco a poco la conexión con lo local (operadores de supermercados regionales) por abajo y con lo global, el comercio On Line, por arriba, que ha multiplicado por cuatro su actividad el último año?
Es posible que me equivoque, pero estoy dispuesto a apostar una cesta completa de la compra a que en pocos días Joan Roig nos va a sorprender con una nueva genialidad.
Juan, Joan, tiene esa extraña actitud-virtud de poner de cuando en cuando su casa patas arriba sin tener miedo a los cambios. Ha capitaneado un montón de revoluciones que le han permitido llegar a ser el proveedor de la cuarta parte de lo que compramos los españoles en los supermercados.
Si no hay cambios, es que Mercadona tiene, con perdón, el “culo gordo” (insisto en que la expresión no es mía).
Antonio Agustín, escritor y experto en gran consumo